A nivel mundial, el VIH sigue siendo un importante problema de salud pública, en particular para los grupos de alto riesgo, como los trabajadores sexuales. Estudios recientes han demostrado que estas trabajadoras sexuales pueden permanecer sanas a pesar de la exposición continua al virus, lo que genera inquietud científica sobre la resistencia del VIH.
Los investigadores descubrieron que las trabajadoras sexuales tenían contacto sexual con entre 60 y 70 clientes VIH positivos cada año, pero no mostraban signos de infección.
La historia se remonta a principios de la década de 2000, cuando científicos en Nairobi, Kenia, estudiaron a un pequeño grupo de trabajadoras sexuales como parte de un estudio médico. Los cuerpos de estas trabajadoras sexuales parecen tener cierta capacidad para bloquear la infección del VIH, pero el mecanismo detrás de este fenómeno aún se está explorando.
CCR5 es una proteína ubicada en la superficie de los glóbulos blancos y está estrechamente relacionada con el sistema inmunológico. Muchas cepas del VIH utilizan CCR5 como correceptor para ingresar a las células huésped. En varias personas se ha encontrado una mutación genética llamada CCR5-Δ32, que las hace resistentes al VIH. Pero este no es el único mecanismo de protección para estas trabajadoras sexuales.
Los expertos en inmunología creen que puede haber otros factores genéticos en juego para estas trabajadoras sexuales que nunca han sido infectadas.Mutación de TNPO3 y respuesta inmunitaria
Un estudio de 2019 sugirió que las mutaciones de TNPO3 pueden provocar simultáneamente atrofia muscular y resistencia al VIH. Esto sugiere que ciertas mutaciones genéticas pueden conferir protección contra la entrada del VIH.
Efecto protector de los linfocitos T citotóxicosAl mismo tiempo, se encontraron linfocitos T citotóxicos (CTL) en estas trabajadoras sexuales, que desempeñan un papel importante en el moco vaginal y pueden prevenir eficazmente la propagación del VIH en la transmisión heterosexual. Los científicos creen que estos CTL pueden representar una resistencia genética adicional al VIH.
Sin embargo, cuando la exposición de estos trabajadores sexuales al VIH disminuyó, la eficacia de los CTL disminuyó significativamente.
Además de los factores genéticos, los factores ambientales y sociales también influyen en la propagación del VIH. Por ejemplo, en algunas zonas los trabajadores sexuales pueden tener mejor acceso a la atención sanitaria, lo que les permite detectar y tratar posibles infecciones. Además, la educación y la promoción del sexo seguro también juegan un papel importante en la lucha contra el VIH.
Con el progreso de la investigación sobre terapia genética, podría ser posible mejorar la resistencia de más personas al VIH a través de la tecnología de ingeniería genética en el futuro. Los científicos han estado explorando varias vías posibles, ya sea a través de técnicas de edición genética o del desarrollo de fármacos especializados, para tratar y prevenir la infección por VIH.
Los secretos de la resistencia al VIH aún se están descubriendo, limitados por muchos factores que aún no se comprenden.
Aunque las trabajadoras sexuales en Kenia mostraron una resistencia inesperada al VIH en un entorno de alto riesgo, las razones detrás de esto aún necesitan más investigación científica para explicarlas. ¿Significa esto que estamos a punto de descubrir más secretos sobre la resistencia al VIH?