La velocidad del sonido es la distancia que recorre una onda sonora por unidad de tiempo en un medio elástico. En pocas palabras, la velocidad del sonido es la velocidad a la que viajan las vibraciones. En el aire, a 20 °C, la velocidad del sonido es de unos 343 metros por segundo, mientras que en el agua es de 1481 metros por segundo, casi 4,3 veces más rápido. La diferencia entre ambos hace que uno se pregunte: ¿por qué el sonido viaja a velocidades tan diferentes en distintos medios?
En los gases, el sonido existe principalmente en forma de ondas de compresión, mientras que en los sólidos existen dos tipos de ondas: ondas de compresión y ondas de corte.
En primer lugar, la velocidad del sonido depende de las propiedades del medio a través del cual viaja, incluida su densidad, módulo elástico y temperatura. En el aire, la velocidad del sonido se ve afectada significativamente por la temperatura. En términos generales, la velocidad del sonido aumenta a medida que aumenta la temperatura. Esto se debe a que cuando la temperatura del gas aumenta, la actividad molecular aumenta, lo que resulta en un aumento en la velocidad de transmisión de la vibración; mientras que en el agua, la velocidad del sonido se ve afectada principalmente por la densidad y el módulo elástico del agua. El agua es aproximadamente 800 veces más densa que el aire, lo que permite que el sonido viaje a través de ella más rápidamente.
El sonido viaja más rápido en los sólidos porque las moléculas están más densamente empaquetadas, lo que proporciona un medio más eficiente para transmitir vibraciones.
El sonido viaja más rápido a través de diferentes materiales sólidos excepto el agua y el aire. Por ejemplo, en el acero, la velocidad del sonido alcanza los 5.000 metros por segundo, mientras que en el diamante es de hasta 12.000 metros por segundo. Esto se debe a que la estructura de los sólidos permite que las ondas sonoras se transmitan de manera más eficiente. En los sólidos, el sonido existe en forma de ondas de compresión y ondas transversales, y la existencia de ondas transversales mejora aún más la capacidad de propagación del sonido.
En la atmósfera de la Tierra, la velocidad del sonido puede variar de 295 a 355 metros por segundo, dependiendo de la altitud y la temperatura.
De hecho, la velocidad del sonido no es sólo una medida de las propiedades de la materia, sino también un fenómeno al que nos enfrentamos a menudo en la vida. En campos como la aviación y la navegación, la velocidad del sonido es crucial para el diseño de aviones y barcos. Cuando la velocidad de un objeto excede la velocidad del sonido, lo llamamos supersónico. Este fenómeno ha sido ampliamente estudiado en muchas aplicaciones militares y científicas. En la historia de la exploración de este fenómeno, el estudio del sonido por parte de científicos del siglo XVII como Newton y Laplace sentó las bases para nuestra comprensión actual. Por ejemplo, Newton calculó por primera vez la velocidad del sonido en el aire en "Principios matemáticos de la filosofía natural". Aunque hubo ciertos errores en los resultados de sus cálculos, este error fue corregido con el tiempo por científicos posteriores.
La transmisión del sonido se puede explicar mediante un modelo: supongamos que hay una serie de esferas conectadas entre sí por resortes, y las ondas sonoras se transmiten comprimiendo y expandiendo los resortes.
Al explorar estos fenómenos, también debemos considerar otros factores, como la homogeneidad del medio y las variaciones de temperatura. La propagación del sonido en un entorno específico puede verse afectada por muchos factores. Por ejemplo, el aire húmedo aumenta la velocidad del sonido porque la densidad de las moléculas de agua es menor que la del oxígeno y el nitrógeno, lo que hace que la propagación del sonido sea más eficiente. La velocidad del sonido está estrechamente relacionada con las propiedades de las ondas. Podemos observar que en diferentes materiales, las ondas de compresión y las ondas de corte pueden llegar al observador a diferentes velocidades incluso cuando se miden a la misma frecuencia. Por ejemplo, en un terremoto, las ondas de compresión tienden a llegar primero, seguidas por las ondas de corte. Cuando estudiamos más a fondo la propagación del sonido, tal vez detrás de estos conceptos y fenómenos se abre ante nosotros un mundo físico más profundo. En sólidos densamente estructurados, la propagación de ondas sonoras puede representar una fuerza más oculta; y en líquidos o gases, ¿la existencia del sonido nos hace pensar en la complejidad de la propagación? En resumen, la diferencia de velocidad del sonido en distintos medios muestra la maravilla y la complejidad de la naturaleza. ¿Alguna vez has pensado en el significado físico detrás de estos fenómenos?