El término sistema tiene múltiples significados. Ya en 1674 Robert Hooke mencionó en su obra la relación entre el sistema ptolemaico y el sistema copernicano, indicando que la comprensión de las posiciones relativas de los planetas y las estrellas ya había suscitado debates. Los "Principios matemáticos de la filosofía natural" de Newton exploró más a fondo este tema y estableció el marco de las ecuaciones de Newton y los sistemas dinámicos.
Las ecuaciones de Newton (como un sistema de ecuaciones) tienen un método solucionable y todavía son aplicables hoy en día.El auge de los sistemas de control por retroalimentación
A medida que avanzaba la tecnología, el ciclo de Carnot presentó un desafío de ingeniería en 1824: cómo mantener la temperatura de funcionamiento de las plantas industriales calientes. En 1868, James Clerk Maxwell propuso un marco que allanó el camino para resolver este problema.
La solución de Maxwell proporciona un método práctico para controlar sistemas físicos basados en ecuaciones de movimiento linealizadas.
Este método allanó el camino para la investigación posterior sobre la teoría de sistemas de control, la teoría de la estabilidad y los problemas de satisfacción de categorías. Norbert Wiener avanzó aún más en este campo durante la Segunda Guerra Mundial, llegando incluso a proponer que algunos subsistemas se analizaran como cajas negras.
Entonces, ¿qué es un sistema? Un sistema es una colección de cosas que están conectadas entre sí de alguna manera que produce patrones de comportamiento a lo largo del tiempo. Sus respuestas son únicas y normalmente no son sencillas.
Un sistema es "un todo compuesto de estructuras y subestructuras especializadas, interactuantes y uniformemente diversas".
Esto significa que la forma en que opera un subsistema se puede describir mediante sus entradas y salidas, sin centrarse en el funcionamiento interno más detallado. Desde los sistemas políticos hasta los sistemas biológicos, estos diferentes tipos de sistemas nos ayudan a comprender mejor su funcionamiento.
Jay Forrester, del MIT, ha dicho que el gerente promedio puede predecir con precisión cuáles son los puntos de influencia en un sistema, cuando pequeños cambios conducen a grandes cambios en el comportamiento.
En la naturaleza, los sistemas vivos son resilientes y a menudo están lejos del equilibrio. El concepto de homeostasis, descrito en 1849, se hace eco del término homeostasis, acuñado en 1926, que enfatiza la capacidad de autoorganización de los sistemas vivos. Por lo tanto, el alcance del control funcional es jerárquico y exhibe las características de la resiliencia del sistema.
Se han desarrollado varios marcos y metodologías para apoyar la práctica del pensamiento sistémico, como la "heurística de sistemas críticos" y el "enfoque de sistemas blandos". Estos métodos ayudan a las personas a aclarar sus pensamientos y desarrollar planes de acción claros en entornos complejos.
A medida que el pensamiento sistémico penetra gradualmente en todas las áreas de la vida de las personas, desde la economía hasta la protección del medio ambiente y la comprensión del comportamiento social, su aplicación afectará más políticas y decisiones en el futuro. En este contexto, debemos preguntarnos: ¿Cómo moldeará el pensamiento sistémico nuestras decisiones y acciones frente a los desafíos futuros?