En el proceso de exploración del espacio, el principio de funcionamiento de los motores de cohetes suele despertar la curiosidad de la gente. A diferencia de los motores en la atmósfera, los motores de cohetes pueden funcionar en el vacío, lo que les permite alcanzar velocidades increíbles e incluso superar el límite de velocidad de escape.
Un motor de cohete es un motor de reacción que genera empuje descargando la masa de reacción hacia atrás de acuerdo con la tercera ley del movimiento de Newton.
La propulsión de un motor de cohete se basa en un principio físico simple. Generan empuje expulsando gases calientes a altas velocidades. Estos gases se forman al quemar propulsor almacenado dentro del cohete, creando una corriente de aire a alta presión. En este caso, los motores del cohete llevan su propio oxidante, lo que significa que no dependen del aire exterior para la combustión y, por tanto, pueden funcionar en el vacío del espacio.
En comparación con otros tipos de motores a reacción, los cohetes son los más livianos y tienen el mayor empuje, pero tienen la menor eficiencia de propulsión.
La eficiencia de propulsión de un motor de cohete suele medirse mediante el "impulso específico", que es el empuje que se puede generar por unidad de propulsor. Cuanto mayor sea el valor del impulso específico, mayor será el empuje que puede producir el motor del cohete cuando se utiliza el mismo peso de propulsor. Además, los propulsores de cohetes son enormemente diversos e incluyen propulsores sólidos, propulsores líquidos y propulsores mixtos, cada uno de los cuales tiene sus propias características de combustión y efectos de propulsión únicos.
En el funcionamiento de un motor cohete, el diseño de la cámara de combustión es crucial. Todos los propulsores deben ingresar a esta cámara de combustión a alta presión para garantizar una combustión completa. Esto requiere varios métodos de diseño, como el uso de una turbobomba para aumentar la presión entrante del propulsor o aumentar la presión interna del tanque mediante la presurización automática del gas a alta presión.
El diseño de la boquilla del cohete puede afectar el empuje y la eficiencia operativa del motor. La más comúnmente utilizada es la boquilla Delaware.
La expansión del gas caliente a través de la boquilla puede convertir la energía térmica en energía de movimiento, lo que desempeña un papel vital en el funcionamiento del motor del cohete. El diseño de la boquilla afecta la velocidad y la presión del flujo de aire, lo que a su vez afecta el empuje general. Las diferentes configuraciones de boquillas, como las boquillas variables, pueden incluso adaptarse a diferentes presiones ambientales para mantener un rendimiento óptimo. Además, las operaciones de propulsión en el vacío también deben tener en cuenta el diseño liviano y la optimización del flujo de aire, que son desafíos para el desarrollo de la tecnología de cohetes moderna.
Para mejorar el rendimiento del cohete, se pueden utilizar varios diseños nuevos de boquillas para adaptarse a diferentes cambios ambientales.
Sin embargo, la eficiencia de un motor de cohete en el vacío está relacionada con una variedad de factores, incluidas las características del propulsor, el ambiente de alta temperatura y presión del proceso de combustión y el diseño apropiado de la boquilla. La propulsión de un cohete proviene no sólo de la velocidad de los gases de escape, sino también de la presión dentro de la cámara de combustión. En el vacío, este empuje cambia a medida que disminuye la presión ambiental, lo que afecta el rendimiento general del cohete.
Con el continuo desarrollo de la tecnología aeroespacial, para satisfacer las necesidades de la exploración del espacio profundo, los científicos también están investigando activamente nuevos sistemas de propulsión de cohetes, como la propulsión eléctrica y la propulsión térmica nuclear. Estas tecnologías emergentes brindan nuevas posibilidades para los viajes espaciales futuros.
Los futuros sistemas de propulsión de cohetes pueden utilizar nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia de la propulsión y afrontar nuevos desafíos en la exploración espacial.
En conjunto, el principio de propulsión de motores de cohetes en el vacío no sólo se basa en las leyes de la física, sino que también implica muchos aspectos de mejora tecnológica. Desde el diseño de la cámara de combustión, la selección del propulsor, hasta la forma y funcionamiento de la boquilla, cada detalle afecta directamente el rendimiento y la eficiencia del cohete. Estas cuestiones técnicas merecen una reflexión profunda: ¿cómo nos llevará la futura tecnología de cohetes a explorar más el espacio?