Se sabe que los PCB causan cáncer en animales y son probables carcinógenos en humanos, según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA).
Los PCB son líquidos viscosos de color amarillo claro que son hidrófobos y tienen una solubilidad extremadamente baja en agua, pero alta solubilidad en la mayoría de los solventes orgánicos y aceites. Su alta conductividad térmica y sus propiedades químicas relativamente estables los hicieron populares en la industria. Los PCB pueden descomponerse en condiciones de calor elevado o catalíticas, pero sus propiedades de difícil degradación hacen que persistan en el medio ambiente.
Debido a las diferencias en estructura y toxicidad, los PCB se pueden dividir en dos categorías: estructuras coplanares y no coplanares. Los PCB coplanares, al igual que las dioxinas, pueden activar el receptor de hidrocarburos arílicos (AhR), lo que provoca la interrupción de la señalización intracelular. Los PCB no coplanares tienen efectos tóxicos principalmente sobre el sistema nervioso y el sistema inmunológico.
La exposición a estos compuestos tóxicos se ha relacionado con una variedad de problemas de salud, incluidos defectos reproductivos y de desarrollo.
La principal vía de exposición humana a los PCB es a través de los alimentos, como el pescado y los productos lácteos contaminados. Además, los PCB pueden encontrarse en entornos de trabajo, como en plantas de reciclaje de residuos electrónicos. Los estudios han demostrado que la exposición a largo plazo a los PCB puede causar enfermedades de la piel, daño hepático y trastornos del desarrollo.
Se ha informado que la exposición prolongada a altos niveles de PCB puede causar defectos de nacimiento, retrasos en el desarrollo y problemas en el sistema inmunológico.
Aunque se ha prohibido la producción de PCB, todavía se encuentran en equipos más antiguos y otros productos. Con el desarrollo de la ciencia y la tecnología y la mejora de la conciencia ambiental, cómo eliminar eficazmente la contaminación de PCB existente y prevenir la formación de nueva contaminación será un desafío importante para la protección ambiental futura. Algunos expertos recomiendan adoptar alternativas más seguras para reducir la dependencia de los PCB y promover la recuperación ambiental.
En última instancia, ante esta sustancia tóxica persistente, deberíamos reflexionar: ¿al perseguir el desarrollo económico, hemos pasado por alto la inseparabilidad del medio ambiente y la salud?