El esmalte dental es uno de los cuatro tejidos principales que forman los dientes y es responsable de proteger la capa externa de los dientes. Sin embargo, a muchas personas les preocupa si esta sustancia altamente mineralizada puede regenerarse y repararse. A medida que los hábitos alimentarios continúan cambiando, las personas enfrentan cada vez más problemas de salud dental y el daño al esmalte se ha convertido en una fuente común de diversas enfermedades bucales. En este artículo analizaremos en profundidad las propiedades y funciones del esmalte, así como por qué es difícil repararlo una vez dañado.
El esmalte es la sustancia más dura del cuerpo humano y contiene hasta un 96% de minerales, cuyo componente principal es la hidroxiapatita. Actúa como barrera protectora de los dientes, evitando que los ácidos de los alimentos ataquen los tejidos internos. "Una vez formado, el esmalte no se renueva y no contiene vasos sanguíneos ni nervios, lo que significa que si se daña, no puede repararse a sí mismo".
Cabe destacar que el grosor del esmalte varía según la posición del diente, siendo generalmente más grueso en la punta del diente y más delgado en el borde.
El daño del esmalte suele estar causado por los siguientes factores:
Si bien muchos tejidos del cuerpo humano tienen la capacidad de repararse a sí mismos, el esmalte no es el mismo. La razón es que el esmalte se forma durante el desarrollo del diente por un tipo especial de célula, que muere después de que el diente está completamente formado, por lo que no quedan células para regenerar el esmalte.
Además, la naturaleza altamente mineralizada del esmalte significa que no contiene prácticamente materia orgánica una vez formado. Una vez dañado, la esperanza de recuperación es casi nula.
Para evitar daños en el esmalte es fundamental una buena higiene bucal. A continuación se ofrecen algunas sugerencias útiles:
El esmalte no puede repararse a sí mismo si se daña, lo que lo hace jugar un papel extremadamente importante en la salud bucal. A medida que nuestro estilo de vida cambia, la protección de nuestro esmalte también debe adaptarse en consecuencia. Entonces, en este mundo de hábitos alimentarios en constante cambio, ¿está usted protegiendo activamente su esmalte?