Con el aumento del estrés y los hábitos alimentarios poco saludables en la vida moderna, la enfermedad por reflujo esofágico (reflujo gastroesofágico) se ha convertido en un problema de salud cada vez más grave. Esta afección no solo causa molestias, sino que también puede provocar complicaciones más graves, como el esófago de Barrett, una posible afección precancerosa.
La principal característica del esófago de Barrett son los cambios anormales en las células de la mucosa de la parte inferior del esófago, desde el epitelio escamoso normal hasta el epitelio columnar monocapa, acompañados de la aparición de células glandulares intestinales.
El desarrollo del esófago de Barrett suele ser el resultado del reflujo ácido crónico. La estimulación ácida continua hace que las células escamosas normales sean reemplazadas gradualmente por células más resistentes a estas estimulaciones, un proceso llamado metaplasia. Esto no es sólo la adaptación del cuerpo a la lesión, sino que también aumenta el riesgo de desarrollar adenocarcinoma de esófago.
Aunque el esófago de Barrett en sí puede no causar síntomas específicos, los síntomas comúnmente asociados con la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) son evidentes, como:
Los estudios han demostrado que el esófago de Barrett tiene una mayor asociación con la obesidad abdominal, especialmente la obesidad central.
La formación del esófago de Barrett es causada principalmente por una inflamación crónica. El reflujo gastroesofágico persistente hace que el ácido del estómago y las partículas de alimentos ingresen al esófago, lo que daña las células esofágicas. Algunos estudios han señalado que algunos factores característicos que interfieren con las células, como HOXA13, pueden hacer que estas células sean más resistentes.
Aunque los científicos no han identificado quién desarrollará esófago de Barrett debido a la acidez estomacal, las investigaciones existentes muestran que la acidez estomacal crónica claramente aumenta el riesgo. Sin embargo, es posible que algunas personas con esófago de Barrett ni siquiera experimenten síntomas de acidez estomacal.
El diagnóstico de esófago de Barrett debe confirmarse mediante endoscopia, que comprueba principalmente si hay epitelio columnar en la parte inferior del esófago y realiza un examen del tejido bajo un microscopio mediante una biopsia.
Los estándares de detección actuales recomiendan que los hombres mayores de 60 años con síntomas de reflujo prolongado se sometan a una endoscopia.
Después de la epidemia de COVID-19, las instituciones médicas de Escocia comenzaron a utilizar una esponja tragable para recolectar muestras de células como ayuda de diagnóstico.
El tratamiento de los pacientes con esófago de Barrett a menudo se basa en cambios celulares. Si hay displasia de alto grado, es posible que se requiera resección endoscópica o tratamiento con cauterio. En cambio, en los pacientes sin displasia se adopta una estrategia de observación periódica.
Aún no se sabe con certeza qué pacientes desarrollarán cáncer de esófago, pero las investigaciones sugieren que algunas anomalías genéticas pueden estar implicadas en el desarrollo del cáncer.
Aunque el esófago de Barrett es una afección precancerosa, un diagnóstico oportuno y un tratamiento médico adecuado pueden reducir significativamente el riesgo de complicaciones. Ante la creciente incidencia del cáncer de esófago, ¿deberíamos promover más activamente un estilo de vida saludable y realizar pruebas periódicas de detección del reflujo gastroesofágico?