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La verdad sobre los gases de escape: ¿Por qué las emisiones de los automóviles pueden ser el asesino invisible de su salud?
Los coches desempeñan un papel indispensable en nuestra vida diaria. Sin embargo, ¿alguna vez has pensado que esas "cajas en movimiento" que te rodean pueden suponer un riesgo para la salud? Según las últimas investigaciones, las emisiones de los automóviles no sólo son fuente de contaminación del aire, sino también causa de muchos problemas de salud.
Se estima que la contaminación del aire provocada por la quema de combustibles fósiles mata a más de 5 millones de personas cada año.Los gases de escape son los gases que se emiten a la atmósfera después de quemar diversos combustibles (como gasolina, diésel y gas natural). Los principales componentes de estos gases son nitrógeno, vapor de agua y dióxido de carbono. Si bien estos componentes por sí mismos no causan efectos tóxicos, son gases de efecto invernadero y contribuyen al cambio climático.
Aunque algunas emisiones no son tóxicas, pueden transformarse en sustancias nocivas en determinadas condiciones.
Los principales contaminantes emitidos por los vehículos incluyen monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles. No se pueden subestimar los efectos de estos contaminantes sobre la salud. Los estudios han demostrado que el monóxido de carbono puede interferir con el transporte de oxígeno en la sangre y puede provocar intoxicación en casos graves, mientras que los óxidos de nitrógeno están asociados con la aparición de enfermedades respiratorias.
En 2013, un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts mostró que las emisiones de los automóviles causaron 53.000 muertes prematuras en un solo año.
Lo más preocupante es que, a medida que aumenta el volumen del tráfico, también lo hacen las concentraciones de estas sustancias nocivas. Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, para el año 2030, además de las carreteras que tomamos todos los días para ir y volver del trabajo y la escuela, las carreteras congestionadas, especialmente las intersecciones con semáforos, pueden convertirse en las áreas más afectadas por la contaminación. En esta zona, la acumulación de emisiones de los vehículos provoca la deposición de contaminantes, aumentando la carga sanitaria de la población.
Si bien muchos automóviles están diseñados con convertidores catalíticos para reducir las emisiones, estos dispositivos son extremadamente ineficaces durante un arranque en frío. Por lo tanto, las emisiones pueden aumentar significativamente cuando el motor no ha alcanzado la temperatura normal de funcionamiento. Esta es una de las razones por las que los gases de escape de los vehículos son especialmente dañinos en climas fríos.
La contaminación del tráfico está correlacionada positivamente con la incidencia de ciertos tipos de cáncer, y estudios epidemiológicos han demostrado que puede aumentar el riesgo entre un 5% y un 15%.
En todo el mundo, además del problema del cambio climático causado por las emisiones de carbono, las sustancias nocivas emitidas por los automóviles también han provocado una crisis de salud pública a largo plazo. Tomemos como ejemplo el Reino Unido. Gracias a unas normas de emisión más estrictas, las emisiones nocivas de los coches se han controlado hasta cierto punto, pero todavía hay muchas zonas en las que los residentes no pueden ser inmunes a la contaminación.
Por ejemplo, informes recientes de algunos grupos ambientalistas indican que más del 50 por ciento de la contaminación del aire en el sur de California proviene de las emisiones de los vehículos. Esto hace que sea más urgente que los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales planifiquen cómo reducir las emisiones.
La gente se enfrenta no sólo a problemas inmediatos de calidad del aire, sino también a mayores riesgos potenciales para la salud a largo plazo.
Mediante la introducción de más tecnologías nuevas y la mejora gradual de los estándares de emisiones, los futuros sistemas de transporte probablemente se desarrollarán en una dirección que reduzca la contaminación del aire. Sin embargo, esto requiere un alto nivel de atención y apoyo público.
¿Está usted preparado para comprender las posibles amenazas a la salud que suponen las emisiones de los vehículos que le rodean e impulsar el cambio?