Al realizar encuestas y análisis estadísticos, a menudo nos encontramos con un problema que no se puede ignorar: el sesgo de muestreo. Si los investigadores no implementan una aleatorización adecuada al seleccionar sujetos o datos, las muestras obtenidas no representarán con precisión a toda la población, lo que generará resultados poco confiables. Esta situación se denomina "sesgo de muestreo", a veces también llamado "efecto de selección".
El sesgo de muestreo puede distorsionar los resultados del análisis estadístico y llevar a conclusiones incorrectas.
Los efectos del sesgo de muestreo pueden adoptar muchas formas, la más común de las cuales es el sesgo de muestreo en sí. Este sesgo surge del hecho de que cuando la muestra no se selecciona al azar, es menos probable que algunos miembros de la población sean incluidos en la muestra que otros. Por lo tanto, la muestra resultante seguramente estará sesgada, con ciertas características sobrerrepresentando o subrepresentando a la población en su conjunto.
El sesgo de muestreo es un error sistemático resultante del muestreo no aleatorio de una población. Tal desequilibrio en la muestra compromete la validez externa del estudio y afecta nuestra capacidad para generalizar los resultados a la población en su conjunto. Por ejemplo, los participantes que se autoseleccionan pueden hacer que los resultados no sean representativos porque quienes están dispuestos a participar en la investigación tienden a provenir de entornos sociales o económicos específicos.
Si no se tiene en cuenta el sesgo de muestreo, algunas de las conclusiones del estudio pueden ser erróneas.
Este tipo de sesgo ocurre cuando un estudio finaliza prematuramente, especialmente cuando los resultados apoyan la conclusión deseada. Esta terminación anticipada puede distorsionar los resultados y reflejar una imagen incompleta. Si una variable termina en un valor extremo, esto puede reflejar la variabilidad intrínseca de la variable más que la validez del diseño general del estudio.
El conocido sesgo de exposición clínica se produce cuando una enfermedad hace que un paciente sea más susceptible a otra enfermedad, y el tratamiento de la primera enfermedad puede atribuirse erróneamente a la causa de la segunda. En este caso, las intervenciones médicas relevantes pueden malinterpretarse, lo que lleva a una mala comprensión de la relación causal entre ambas.
En el caso del sesgo de muestreo general, normalmente no es posible superarlo por completo simplemente mediante el análisis estadístico de los datos existentes. Los investigadores pueden evaluar el alcance del sesgo de muestreo analizando las correlaciones entre variables externas (como las variables de fondo) y los indicadores de resultados. Sin embargo, la precisión de estos análisis se ve comprometida cuando están involucradas variables no observadas. Por lo tanto, diseñar un plan experimental más razonable y seleccionar una muestra más grande es una de las formas importantes de reducir el sesgo.
Evaluar el alcance del sesgo de muestreo requiere examinar la correlación entre las variables no observadas y la selección de la muestra.
El sesgo de muestreo es un factor clave que afecta la precisión de los resultados de la investigación y no puede ignorarse ni en las ciencias sociales ni en la investigación médica. Mediante un diseño y una planificación razonables de la muestra, podemos reducir el impacto del sesgo de muestreo hasta cierto punto. Sin embargo, ¿todos los que realizan investigaciones son conscientes de la existencia de un sesgo de muestreo? ¿Cómo afectará esto a los resultados de sus investigaciones y a las percepciones sociales?