Con el avance de la ciencia y la tecnología, muchos conceptos que originalmente eran ciencia ficción se han ido integrando poco a poco a nuestra vida diaria. La película "Surrogates" se desarrolla en este contexto. Explora un futuro en el que los seres humanos viven gracias a sustitutos de alta tecnología. Sin embargo, detrás de esta historia se esconde la contradicción entre la naturaleza humana y la tecnología. Si la comodidad que aporta esta invención acaba convirtiéndose en fuente de sufrimiento humano, ¿cómo debemos evaluar los efectos positivos y negativos de estos avances tecnológicos?
En la película, el desarrollo de robots humanoides controlados a distancia, llamados "sustitutos", permite a cada uno vivir su imagen idealizada. Quienes dominan la tecnología disfrutan de una sensación de seguridad y no tienen que enfrentarse a los peligros ni al dolor de la vida real. La vida parece volverse sencilla y sin preocupaciones. Sin embargo, esta vida ideal hace que poco a poco las personas se alejen de su verdadero yo y de sus conexiones entre sí.
¿El avance de la tecnología ha privado invisiblemente a los humanos de su verdadera experiencia?
La historia principal gira en torno al agente del FBI Tom Greer, quien poco a poco descubre una serie de conspiraciones mientras investiga un caso de asesinato que involucra a un sustituto. El científico original Lionel Canter esperaba que esta tecnología pudiera ayudar a las personas con discapacidades, pero debido a la codicia de la empresa y su internacionalización, la tecnología "sustituta" se utilizó para obtener ganancias. Incluso las tragedias causadas por las protestas continuaron ocurriendo, y finalmente evolucionaron en una profunda reflexión sobre el significado de la existencia humana.
Dilemas éticos en el uso de la tecnologíaA medida que se desarrolla la historia, vemos cómo se desarrolla una estructura de poder útil pero peligrosa entre los creadores y los usuarios de la tecnología. Cuando la tecnología moderna se convierte en una herramienta para que la gente escape de la realidad, conduce a la alienación e incluso a la violencia entre los seres humanos. A través de esta película, el director Jonathan Mostow recuerda al público que debe tener cuidado con su dependencia de las tecnologías innovadoras y reflexionar sobre si las relaciones entre las personas se debilitarán frente a la tecnología.
¿Está la tecnología reemplazando las valiosas conexiones que tenemos con otras personas?
Tras perder a su madre sustituta, Tom debe salir al mundo real. Este proceso no solo supone un desafío para él en términos de espacio físico, sino también una exploración de su propia psicología. La ruptura entre él y su esposa refleja el hecho de que cada vez más personas en la sociedad actual son incapaces de interactuar sinceramente con otros a través de la tecnología. La decisión final requirió que Tom abandonara esta tecnología, poniendo fin a la segunda vida que traía la tecnología y volviendo a la esencia de la naturaleza humana.
En “El sustituto” se entrelazan el desarrollo de la tecnología y la lucha de la naturaleza humana, lo que hace reflexionar: cuando estamos intoxicados por el progreso tecnológico, ¿podemos controlar la tecnología en lugar de ser controlados por ella? En el futuro, si bien debemos perseguir el progreso tecnológico, también debemos reflexionar siempre sobre los riesgos potenciales y las responsabilidades morales detrás de estos avances. Tal vez la verdadera pregunta sea: ¿el avance tecnológico está destinado a acercarnos a la humanidad o a empujarnos hacia otro futuro solitario?