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La guerra de las emociones y la cognición: ¿Conoce la diferencia entre las perspectivas de Zajonc y Lazarus?
En el campo de la psicología y la comunicación, la expresión de las emociones se considera una parte sumamente importante. Las emociones se manifiestan de muchas formas, ya sea a través de expresiones faciales, gestos, lenguaje corporal o medios no verbales como el tono y el volumen de la voz, y las personas suelen revelar su estado emocional de forma inconsciente. Estas expresiones emocionales se pueden dividir en emociones positivas y emociones negativas, y pueden ser conscientes o inconscientes.
Las exhibiciones de emociones positivas, como sonreír y reír, se denominan "emociones positivas", mientras que las emociones negativas, como el llanto y los gestos nerviosos, se denominan "emociones negativas".
Cuando hablamos de emociones, no podemos ignorar el contraste teórico entre Robert B. Zajonc y Richard Lazarus. Zajonc defiende que las emociones son respuestas instintivas humanas a los estímulos y cree que esta respuesta es secuencial y precede al procesamiento cognitivo. Según Zajonc, las reacciones emocionales pueden ocurrir sin un procesamiento cognitivo profundo y se juzgan con mayor velocidad y confianza que los juicios cognitivos.
La opinión de Zajonc es que las respuestas emocionales humanas son más adaptables que las de otros organismos inferiores.
En contraste, la posición de Lazarus es que la emoción es un producto poscognitivo, es decir, la emoción se genera después de cierto procesamiento cognitivo. Este punto de vista sostiene que las respuestas afectivas, como el amor o el disgusto, se basan en procesos cognitivos previos que implican la identificación, evaluación y ponderación de características.
Este desacuerdo implica que la formación de emociones no sólo depende de los estímulos actuales, sino que también involucra experiencias personales pasadas, personalidad y patrones de socialización familiar. Por ejemplo, los bebés que son muy reactivos y tienen poca capacidad para calmarse a sí mismos pueden haber afectado de manera desproporcionada los procesos de regulación de las emociones en una etapa temprana de su vida.
Al explorar emociones no conscientes, debemos considerar la multiplicidad de percepciones. Las emociones no conscientes en respuesta a estímulos ambientales pueden estar algo separadas del procesamiento cognitivo. Brewin mencionó dos tipos de procesos experienciales: uno es una tendencia innata a seleccionar estímulos automáticamente y el otro es un proceso automático que ocurre con poca conciencia.
Esto significa que las emociones no sólo son desencadenadas por experiencias perceptuales obvias, sino que es más probable que sean respuestas latentes y automáticas.
La respuesta de excitación en el cuerpo es otro elemento importante, que es la respuesta fisiológica al estímulo. Cuando se produce esta reacción, puede manifestarse en dos mecanismos de control: uno, la movilización, y el otro, la rigidez. La amígdala del cerebro es responsable de regular esta respuesta, decidiendo si "congelar" al individuo o acelerar sus acciones.
Las emociones y las situaciones son inseparables. Las emociones suelen tener un enfoque claro, mientras que los estados emocionales son más difíciles de definir. La persistencia del estado de ánimo puede durar días, semanas o incluso meses. A diferencia de las emociones, los estados de ánimo pueden cambiar rápidamente y dependen inusualmente de la retroalimentación inmediata y de las expectativas externas.
Las emociones positivas y las emociones negativas representan categorías emocionales independientes en la población general, y las emociones positivas están particularmente relacionadas con la interacción social.
El género también tiene un impacto significativo en la expresión de las emociones, y las investigaciones muestran que las personas de diferentes géneros tienen diferencias en sus manifestaciones emocionales. Estas diferencias están influenciadas por la autopercepción y por factores fisiológicos, como los niveles hormonales.
El desarrollo de los niños también demuestra la importancia de la expresión emocional. Las primeras investigaciones muestran que los bebés pueden comenzar a reconocer e imitar expresiones emocionales y desarrollar gradualmente la empatía. Sin embargo, el desarrollo emocional no sólo se refleja en la base de la adquisición, sino que también el entorno familiar y la salud mental de los padres afectarán directamente al estado emocional del niño.
Un estudio encontró que los hijos de pacientes con depresión mostraban emociones positivas significativamente menores que los controles, lo que sugiere que un historial familiar de depresión puede tener un impacto a largo plazo en el desarrollo emocional de los niños.
Además, ciertas enfermedades y trastornos de salud mental pueden alterar la forma en que un individuo muestra sus emociones. En estas situaciones, las emociones no se pueden expresar adecuadamente, lo que crea una barrera a la percepción y transmisión de las emociones.
En general, ya sean reacciones emocionales fisiológicas, instintivas o experiencias emocionales de base cognitiva, las emociones desempeñan un papel indispensable en nuestra vida diaria. La teoría de Zajonc y Lazarus revela la intrincada interacción entre emoción y cognición que afecta no sólo nuestro pensamiento, sino también nuestro comportamiento y nuestras interacciones sociales. Este tipo de pensamiento nos obliga a pensar profundamente: ¿Cuáles son los factores que realmente nos impulsan detrás de nuestras reacciones emocionales?
