El concepto de salud ha evolucionado con el tiempo y se ha convertido en parte integral de la vida diaria de muchas personas. La definición de salud no sólo se refiere al estado libre de enfermedades del cuerpo, sino que también incluye la salud mental y la adaptabilidad social del individuo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud es un “estado de completo bienestar físico, mental y social”. ¿Qué impacto tiene esta nueva definición en nuestra vida y nuestra felicidad?
La salud ya no se considera simplemente como la ausencia de enfermedad física, sino como un recurso que permite a una persona realizar sus deseos, satisfacer necesidades y adaptarse al entorno.
La evolución de la salud se remonta a mediados del siglo XX, cuando la Organización Mundial de la Salud realizó un cambio innovador en la definición de salud. En 1948, la OMS propuso una nueva definición de salud que no sólo considera la salud como la función normal del cuerpo, sino que también tiene en cuenta el bienestar físico, mental y social general. Con el progreso de la sociedad, este concepto ha comenzado a arraigarse en el corazón de las personas, y cada vez más personas se han dado cuenta de que la salud no es sólo la ausencia de enfermedades, sino también un indicador de calidad de vida.
La salud es un recurso, no un propósito en la vida, y se debe poner énfasis en los recursos sociales y personales así como en las capacidades físicas.
Con el paso del tiempo, la OMS revisó nuevamente su definición de salud en 1984, afirmando que la salud es el grado en que los individuos o los grupos son capaces de alcanzar sus objetivos, satisfacer sus necesidades y responder a su entorno. Esta nueva perspectiva abre nuevas posibilidades para la educación, la defensa y la promoción de la salud, permitiendo que muchas personas se den cuenta de que es posible sentirse saludable incluso si tienen múltiples enfermedades crónicas o condiciones terminales.
Por ello, también se ha prestado atención al concepto de “determinantes de la salud”. Estos determinantes incluyen no sólo el estilo de vida que eligen los individuos, sino también el entorno socioeconómico, el entorno físico y las características y comportamientos individuales de las personas. Por ejemplo, las mejoras en la salud mental tienen un impacto directo en el bienestar general de una persona, ya que los niveles excesivos de estrés vital pueden perjudicar la capacidad del individuo para afrontar situaciones.
Un estudio muestra que las influencias ambientales juegan un papel importante en la salud individual, incluyendo agua y aire limpios y un entorno de vida seguro.
Hoy en día, muchos países han comenzado a prestar atención al impacto de las políticas públicas y las decisiones sociales en la salud. Por ejemplo, con la introducción de impuestos al azúcar, muchos gobiernos han comenzado a prestar atención a las crecientes tasas de obesidad entre los adolescentes y han tratado de ajustar las políticas para promover estilos de vida saludables. El efecto invisible de tales medidas es también recordar a los ciudadanos cómo eliminar las amenazas a la salud y esforzarse por establecer un estilo de vida saludable.
Además del entorno externo y las políticas mencionadas anteriormente, la dieta personal, el ejercicio y los hábitos de sueño también tienen un gran impacto en la salud. Los estudios han demostrado que una dieta equilibrada y el ejercicio regular pueden reducir eficazmente el riesgo de enfermedades crónicas como las enfermedades cardíacas y la diabetes, y mejorar aún más la salud general de una persona. Aunque la vida pueda presentar desafíos, aún podemos enfrentar el futuro positivamente tomando decisiones saludables.
Además, el sector sanitario está haciendo cada vez más hincapié en la importancia de la salud mental. Estudios recientes han demostrado que un buen estado mental afecta directamente a la salud física. Por lo tanto, la gestión eficaz del estrés y la interacción social no sólo pueden mejorar nuestra calidad de vida sino también promover la salud general. Esto nos hizo pensar: ¿cómo podemos planificar de forma proactiva formas de mejorar nuestra salud mental en nuestra vida diaria?
La salud mental no es sólo la ausencia de enfermedad mental, sino la capacidad de un individuo para afrontar el estrés de la vida con normalidad.
De cara al futuro, la nueva definición de salud de la Organización Mundial de la Salud seguirá guiando nuestros conceptos de salud y nuestros cambios de comportamiento. ¿Cambiará esto la forma en que cuidamos la salud? Quizás usted haya comenzado a repensar las opciones de salud en su vida y a buscar una mejor calidad de vida. ¿Qué otros factores promotores de la salud que pasan desapercibidos existen en nuestras vidas y que esperan que los exploremos?