En el mundo actual, a medida que aumenta la demanda de energía renovable, el diseño y el funcionamiento de las centrales térmicas están evolucionando. Las centrales térmicas son plantas generadoras de energía que utilizan la combustión de combustibles para generar calor y luego convertirlo en energía eléctrica. Sus principios de funcionamiento se han desarrollado a lo largo de cientos de años y se han mejorado continuamente en función de la aplicación de diferentes fuentes de energía. Estos sorprendentes diseños no sólo afectan la forma en que se genera electricidad, sino que también juegan un papel importante en la búsqueda de una mayor eficiencia y menores emisiones.
El proceso de funcionamiento de una central térmica consiste simplemente en convertir la energía térmica generada por la combustión del combustible en energía mecánica y luego en energía eléctrica. El proceso más común es utilizar agua como fluido de trabajo, que se calienta a alta presión para producir vapor de alta presión. Luego, el vapor ingresa a la turbina, la hace girar y se conecta a un generador para generar electricidad.
"La eficiencia de una central térmica moderna depende de su capacidad para convertir el calor en electricidad, específicamente de la relación entre la electricidad comercializable y el valor calorífico del combustible".
Desde el siglo XVIII, la invención de la máquina de vapor aceleró el proceso de industrialización, seguido por el establecimiento de los primeros sistemas centrales de energía comerciales en 1882 en la central eléctrica de Pearl Street en Nueva York y la central eléctrica de Holborn en Londres. A medida que la tecnología avanzó, la turbina apareció en 1884, reemplazando al motor de vapor de pistón y convirtiéndose en el componente central de la mayoría de las plantas de energía térmica.
La eficiencia de una central térmica no es fija y se ve afectada por muchos factores, incluido el tipo de combustible y el diseño del ciclo de generación de energía. La eficiencia de conversión de energía de las centrales térmicas tradicionales suele estar entre el 20% y el 35%, pero con la aparición de tecnologías de generación de energía supercrítica y ultrasupercrítica, la eficiencia se ha incrementado hasta el 45% al 48%. El uso de energías renovables también desempeña un papel cada vez más importante en este sentido.
Ante los desafíos de la contaminación ambiental y el agotamiento de los recursos, las centrales térmicas se esfuerzan por encontrar tecnologías para reducir las emisiones nocivas. La introducción de la tecnología de captura y almacenamiento de carbono (CCS) es un medio importante para reducir las emisiones derivadas de la generación de energía a partir de combustibles fósiles. Sin embargo, esta tecnología todavía enfrenta desafíos como el costo y las dificultades de implementación. Los gobiernos también están presionando para establecer estándares de emisiones más estrictos y promoviendo el uso de energía renovable.
"Aunque la mayoría de las centrales térmicas todavía dependen de los combustibles fósiles tradicionales, el impulso hacia la transición hacia la energía limpia es cada vez más evidente".
Las centrales térmicas desempeñan un papel fundamental en el suministro eléctrico mundial. Los cambios tecnológicos y de diseño actuales no sólo están relacionados con los beneficios económicos, sino que también afectan a la seguridad energética futura y a la protección del medio ambiente. Mientras el mundo enfrenta el desafío del cambio climático, ¿podemos encontrar una manera de generar electricidad que pueda satisfacer las necesidades energéticas y al mismo tiempo proteger el medio ambiente?