La epilepsia gestacional, una enfermedad con síntomas epilépticos asociados con la hipertensión inducida por el embarazo, se ha registrado ya en la antigua Grecia. Aunque la medicina moderna ha realizado investigaciones y tratamientos en profundidad al respecto, muchas mujeres todavía se ven amenazadas por esta enfermedad.
La epilepsia gestacional es un trastorno hipertensivo del embarazo en el que los episodios suelen ir acompañados de convulsiones y pueden provocar problemas de salud a largo plazo tanto para la madre como para el bebé.
El diagnóstico de epilepsia en el embarazo generalmente se debe a la hipertensión gestacional, que es una nueva presión arterial alta durante el embarazo y la presencia de grandes cantidades de proteínas en la orina. Esta condición suele aparecer en el tercer trimestre, especialmente en el tercer trimestre. Los síntomas iniciales incluyen posible edema de la cara, visión borrosa y dolor de cabeza persistente. Si no se controla adecuadamente, esta afección puede empeorar rápidamente e incluso poner en peligro la vida de las mujeres embarazadas y de los fetos.
En el momento del ataque, el paciente experimentará rigidez muscular, pérdida del conocimiento, pudiendo estar acompañado de gritos, para luego entrar en la etapa convulsiva.
Según las estadísticas, la epilepsia durante el embarazo afecta aproximadamente al 5% de las mujeres embarazadas cada año y, en algunas zonas, la tasa de incidencia puede llegar incluso al 10% al 30%. La incidencia de esta enfermedad en los países en desarrollo es significativamente mayor que en los países desarrollados porque estos últimos cuentan con mejores tecnologías e instalaciones médicas.
El nombre epilepsia del embarazo proviene de la palabra griega "eklampsía", que significa "destello". Esta es una expresión imagen que resalta el carácter repentino de la enfermedad. La descripción más antigua de la enfermedad se remonta a Hipócrates en el siglo V a. C. Ahora sabemos que la enfermedad es en realidad una enfermedad múltiple causada por cambios patológicos dentro del cuerpo de la mujer embarazada. Los datos actuales muestran que la epilepsia en el embarazo puede ocurrir en cualquier etapa del embarazo. Debido a sus peligros potenciales, la Sociedad Internacional de Obstetricia y Ginecología recomienda que a todas las mujeres embarazadas se les mida la presión arterial regularmente durante los controles prenatales para una detección temprana.
La investigación médica muestra que la aspirina en dosis bajas puede prevenir eficazmente el riesgo de hipertensión gestacional y epilepsia inducida por el embarazo en mujeres embarazadas de alto riesgo.
Ante la epilepsia en el embarazo se han propuesto diferentes estrategias de tratamiento. Esto incluye el uso de sulfato de magnesio para prevenir la aparición de convulsiones y, en casos graves, es posible que sea necesaria una cesárea lo antes posible para garantizar la seguridad de la madre y el bebé. Aun así, la epilepsia en el embarazo aún puede ocurrir dentro de las 48 horas posteriores al parto, por lo que el personal médico debe estar alerta y vigilado.
No sólo eso, la epilepsia durante el embarazo tiene un impacto igualmente profundo en el feto. Los estudios han demostrado que los fetos afectados por epilepsia gestacional pueden nacer lentamente y tener bajo peso al nacer, lo que aumenta considerablemente las complicaciones relacionadas con el desarrollo deficiente. Algunas complicaciones en la madre, como el edema pulmonar y el sangrado visceral, también pueden ser causadas por estos síntomas.
Si no se trata adecuadamente, la epilepsia durante el embarazo puede hacer que la madre enfrente graves problemas cardiovasculares e incluso la muerte.
Por lo tanto, es fundamental una buena comunicación con todas las etapas de la salud del embarazo y el tratamiento médico. Las mujeres deben ser conscientes de los signos de epilepsia durante el embarazo y buscar atención médica inmediata si sienten alguna molestia. Desde la prevención hasta el manejo de la enfermedad, el estilo de vida personal, como el ejercicio moderado, una dieta saludable y controles prenatales oportunos, tienen un efecto no despreciable en la reducción del riesgo.
En la cultura popular, la epilepsia durante el embarazo también ha sido mencionada en muchas obras cinematográficas y televisivas, lo que resalta la conciencia y la atención de la gente hacia esta enfermedad. Sin embargo, el verdadero desafío es ¿cómo podemos utilizar los avances científicos y de concientización para reducir el impacto de esta antigua enfermedad en las mujeres?