En farmacología, el efecto aditivo de un fármaco significa que cuando dos fármacos actúan juntos, su efecto es igual a la suma de los efectos de los dos fármacos que actúan de forma independiente. Este concepto se originó a partir de la sinergia entre fármacos y se desarrolló con la comprensión de los científicos sobre la interacción de fármacos y sustancias químicas. Los efectos aditivos generalmente ocurren cuando se toman dos medicamentos similares juntos, con el objetivo de lograr el mismo efecto terapéutico y al mismo tiempo reducir los efectos secundarios de un medicamento en particular. Por ejemplo, a menudo se utiliza una combinación de aspirina, paracetamol y cafeína para tratar el dolor de las cefaleas tensionales y las migrañas.
El efecto aditivo también se puede utilizar para detectar sinergia, ya que puede considerarse un efecto de referencia en los métodos para determinar si un fármaco es sinérgico.
Además del efecto aditivo, también existe un efecto sinérgico. Su efecto combinado supera el efecto aditivo y puede mostrar el efecto de "2+2 > 4". Si el efecto combinado de dos fármacos es menor que la suma de los efectos independientes de los dos fármacos, lo que se denomina efecto antagónico, dicha combinación de fármacos normalmente no se prescribe de forma conjunta. En combinaciones de medicamentos, incluso los medicamentos con efectos aditivos pueden provocar efectos adversos. Por ejemplo, el uso combinado de antiinflamatorios no esteroides (NDAID) y corticosteroides puede aumentar el riesgo de hemorragia gástrica.
El concepto de efecto aditivo se originó a partir de la sinergia de fármacos. El concepto se remonta a principios del siglo XX, cuando los científicos comenzaron a explorar los efectos sinérgicos de las drogas. Durante este proceso, se propusieron sucesivamente los modelos de aditividad y de independencia de Bliss de Loewe. Estos modelos pueden ayudar a medir el efecto de las combinaciones de fármacos y así confirmar los efectos sinérgicos o antagónicos de los fármacos.
Los efectos aditivos se pueden dividir en dos tipos principales, incluidos los efectos equivalentes o superpuestos y los efectos independientes.
Muchos fármacos similares presentan efectos aditivos porque comparten mecanismos terapéuticos similares. Por ejemplo, el carbonato de calcio, las sales de magnesio y aluminio son antiácidos que reducen las molestias al neutralizar la acidez del estómago. Estos antiácidos no interactúan entre sí y, por lo tanto, se puede considerar que tienen un efecto aditivo cuando se toman juntos. Incluso fármacos del mismo tipo con diferentes objetivos pueden lograr efectos aditivos al interactuar con diferentes objetivos en la misma vía.
Cuando dos fármacos actúan en vías no relacionadas contra objetivos diferentes, se dice que tienen efectos aditivos que actúan de forma independiente. Por ejemplo, tanto la artemisinina como la curcumina exhiben efectos antipalúdicos. La primera produce especies reactivas de oxígeno (ROS) a través del metabolismo para generar metabolitos reactivos, lo que lleva a la muerte de los parásitos, mientras que la curcumina exhibe efectos antipalúdicos al promover respuestas inmunes innatas y adaptativas.
Aunque el concepto de efecto aditivo es similar a la simple suma en matemáticas, en la mayoría de los casos el efecto aditivo no equivale simplemente a sumar los efectos de la droga. Por ejemplo, el efecto inhibidor del fármaco A y del fármaco B es del 20%, pero el efecto aditivo no es igual al 40%.
Una aplicación típica de los efectos aditivos es la detección de sinergia, que puede usarse como efecto inicial para confirmar la sinergia entre dos fármacos.
Del mismo modo, los efectos aditivos también se pueden utilizar para detectar antagonismo. Los farmacéuticos pueden confirmar la presencia de antagonismo cuando el efecto combinado de un fármaco es menor que aditivo, como el antagonismo conocido como alivio del dolor y la inflamación cuando la aspirina se combina con ibuprofeno.
En el uso clínico, la aplicación más común de efectos aditivos es la terapia combinada, generalmente dos o más medicamentos utilizados juntos para tratar una sola enfermedad.
Aunque los efectos aditivos se utilizan ampliamente en la práctica clínica, no se pueden ignorar las posibles reacciones adversas de estas combinaciones de medicamentos. De manera similar, los efectos secundarios de diferentes medicamentos pueden empeorar cuando se usan juntos, afectando así la salud del paciente.
¿Cómo podemos garantizar que nuestras elecciones de medicamentos no produzcan efectos secundarios no deseados cuando nuestra comprensión de las interacciones entre medicamentos es limitada?