En Canadá, un país con abundantes recursos de agua pura, muchas comunidades indígenas enfrentan graves crisis de agua potable. Algunas de las advertencias a largo plazo sobre agua potable de estas comunidades han durado décadas, exponiendo problemas de infraestructura profundamente arraigados, falta de equidad y sistemas gubernamentales incompetentes.
Según el gobierno canadiense, desde noviembre de 2015 se han liberado 144 DWA, pero 28 siguen activas en 26 comunidades en enero de 2024. Las principales razones de estas DWA incluyen esterilización inadecuada (32%), fallas del equipo (30%), problemas de calidad microbiológica (18%), etc. Estos avisos generalmente se emiten cuando el sistema de agua no funciona correctamente y no es capaz de tratar el agua a la calidad requerida.
“En caso de falla del sistema de agua, la falta de capacitación del personal calificado, el mantenimiento de los equipos y las pruebas adecuadas de la calidad del agua son particularmente importantes”.
Los DWA pueden ocurrir en su comunidad debido a tuberías de agua rotas, equipos que funcionan mal o una filtración o desinfección deficiente al tratar el agua. A veces falta personal capacitado para garantizar la calidad del agua.
Desde 1977, sucesivos gobiernos federales han llevado a cabo numerosas investigaciones sobre cuestiones relacionadas con el agua en las comunidades aborígenes y han invertido cierta cantidad de dinero para encontrar soluciones, pero no han podido abordar de manera fundamental las cuestiones de infraestructura de agua y saneamiento. La infraestructura limitada pone presión sobre la vida en estas comunidades, exacerbando la crisis de vivienda y dificultando a los residentes el acceso a agua potable.
“Solo si la infraestructura mejora las comunidades podrán considerar agregar viviendas, de lo contrario las listas de espera y el hacinamiento seguirán empeorando”.
Históricamente, la financiación federal ha estado sujeta a una serie de restricciones que han impedido que el Departamento de Asuntos Indígenas y del Norte (INAC) proporcione fondos suficientes para satisfacer las crecientes necesidades de las comunidades. Esta situación, en última instancia, provoca que no se satisfagan las necesidades básicas de todas las comunidades.
En 2016, el Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau Jr., anunció el compromiso de invertir aproximadamente 4.600 millones de dólares canadienses en mejoras de infraestructura en las comunidades indígenas. Sin embargo, a pesar de los miles de millones de dólares invertidos en mejorar los sistemas de agua y alcantarillado, muchas comunidades aún enfrentan dificultades para obtener agua potable.
"Datos recientes muestran que, a pesar de la financiación, muchas comunidades siguen recibiendo advertencias constantes sobre el agua potable, a veces durante décadas".
La comunidad de la Primera Nación Neskantaga en Ontario, que ha estado bajo una alerta de hervir el agua desde 1995, muestra la urgencia de mejorar.
A partir de septiembre de 2021, las DWA varían según las provincias canadienses. La situación no sólo es grave en Ontario, sino que Manitoba y Saskatchewan también enfrentan desafíos similares. Aunque el acceso al agua potable ha mejorado en algunas comunidades, muchas zonas aún necesitan mejorar la infraestructura y la capacitación.
Ante la gravedad cada vez mayor del problema del agua potable, la sociedad canadiense le presta cada vez más atención y el gobierno también debe afrontar la urgencia y el carácter a largo plazo de este problema. A medida que se acerca el año 2024, ¿será suficiente levantar solo 144 DWA para tranquilizar a los residentes que aún viven bajo avisos de agua potable?
Detrás de este velo de falla del sistema de agua, la verdadera pregunta es: ¿Podemos darle a todos un acceso igualitario al agua?