La enfermedad de Graves, también conocida como bocio difuso tóxico o enfermedad de Baxter, es una enfermedad autoinmune que afecta la glándula tiroides. Este trastorno es la causa más común de hipertiroidismo y a menudo provoca un agrandamiento de la glándula tiroides. Los síntomas incluyen irritabilidad, debilidad muscular, problemas para dormir, ritmo cardíaco acelerado, intolerancia al calor, diarrea y pérdida de peso inesperada. También puede tener engrosamiento de la piel en la parte inferior de las piernas, llamado mixoma pretibial, o abultamiento de los ojos, causado por la oftalmopatía de Graves. Entre el 25 y el 30 por ciento de los pacientes sufren problemas oculares. Aunque la causa exacta de la enfermedad sigue sin estar clara, los síntomas se producen principalmente porque los anticuerpos se unen a los receptores tiroideos, lo que provoca una sobreproducción de hormonas tiroideas.
Se cree que una combinación de factores genéticos y ambientales es la causa de esta enfermedad. Las personas con antecedentes familiares de la enfermedad tienen una mayor probabilidad de desarrollarla. Por ejemplo, si un gemelo idéntico tiene la enfermedad de Graves, existe un 30% de posibilidades de que el otro gemelo también esté afectado. Los episodios de la enfermedad pueden ser desencadenados por estrés físico o emocional, una infección o un parto, por ejemplo. Se cree que fumar aumenta el riesgo de enfermedades y puede empeorar los problemas oculares.Los síntomas de la enfermedad de Graves son un conjunto complejo de manifestaciones y los pacientes a menudo experimentan ansiedad u otro malestar psicológico.
En la enfermedad de Graves, los anticuerpos se denominan inmunoglobulinas estimulantes de la tiroides (TSI), que actúan como la hormona estimulante de la tiroides (TSH). Los anticuerpos hacen que la glándula tiroides produzca un exceso de hormona tiroidea. El diagnóstico generalmente se basa en síntomas combinados con análisis de sangre y pruebas de captación de yodo radiactivo. Los análisis de sangre generalmente muestran niveles elevados de T3 y T4, TSH baja y una mayor captación de yodo radiactivo en todas las regiones de la tiroides.
El diagnóstico de esta enfermedad no sólo se basa en datos de laboratorio, sino que también requiere una evaluación integral basada en las manifestaciones clínicas y la historia clínica del paciente.
Cuando se trata de opciones de tratamiento, hay tres opciones principales: terapia con yodo radiactivo, medicación y cirugía de tiroides. La terapia con yodo radiactivo implica tomar yodo-131 por vía oral, que se concentra en la glándula tiroides y destruye el exceso de tejido tiroideo en cuestión de semanas o meses. El hipotiroidismo resultante debe tratarse con hormonas tiroideas sintéticas. Medicamentos como los betabloqueantes pueden ayudar a controlar algunos síntomas, y los fármacos antitiroideos como la medetomidina pueden ayudar temporalmente a los pacientes. En cuanto a la cirugía, se extirpa parte o la totalidad de la glándula tiroides, y los problemas oculares también pueden requerir tratamiento adicional.
La incidencia de la enfermedad de Graves en los hombres es de aproximadamente el 0,5%, mientras que en las mujeres es del 3,0%, lo que supone siete veces mayor en las mujeres que en los hombres. La enfermedad se presenta con mayor frecuencia entre los 40 y 60 años, pero puede ocurrir a cualquier edad. Según los Institutos Nacionales de Salud, esta es la causa más común de hipertiroidismo en los Estados Unidos y representa aproximadamente entre el 50% y el 80% de los casos.Los síntomas y su progresión son únicos para cada paciente con enfermedad de Graves, lo que hace que la enfermedad sea difícil de diagnosticar y tratar.
El desarrollo de la enfermedad de Graves puede estar relacionado con una variedad de factores, incluidos la infección, el estrés y el estado de salud actual. Por lo tanto, se necesitan más investigaciones para comprender estos mecanismos de transmisión. Además, los pacientes suelen tener otras enfermedades autoinmunes, como diabetes tipo 1 y artritis reumatoide, que aumentan el riesgo de desarrollar la enfermedad.
Los problemas oculares, u oftalmopatía asociada a la tiroides, son la manifestación extratiroidea más común de la enfermedad de Graves y pueden causar deterioro de la visión o proptosis. El tratamiento incluye gotas lubricantes para los ojos o medicamentos antiinflamatorios no esteroides para los casos leves, mientras que los casos graves pueden requerir esteroides o cirugía de descompresión orbitaria.
Se necesitan futuras investigaciones para explorar las causas subyacentes de esta enfermedad con el fin de brindar opciones de tratamiento más efectivas para los pacientes con enfermedad de Graves. ¿Está hoy la ciencia lo suficientemente avanzada en nuestra comprensión de las causas de las enfermedades como para levantar el velo sobre las enfermedades autoinmunes?