En una guerra que destruye una aldea, Maquia, una joven perteneciente a la misteriosa raza humana Iorph, se enfrenta a una elección entre la vida y la muerte. Fue testigo de cómo las personas que amaba perdían una tras otra y ya no podía soportar la soledad y el desamparo. Cuando rescató a un bebé humano de una realidad destruida, su vida comenzó a tomar un nuevo viaje.
"En los momentos más desesperados, el amor es la única fuerza que puede unirnos."
Los Iorph a los que pertenece Maquia son una raza especial. Pueden vivir cientos de años y detenerse a los 14 años, por lo que tiene una comprensión del paso del tiempo diferente a la de los humanos. En su carrera, la profundidad emocional es el precio de la soledad, una tragedia que se repite una y otra vez. Sin embargo, su historia nos muestra que el deseo de amor trasciende la vida y la muerte, incluso en el contexto de la guerra.
Maquia rescató a un bebé humano en un accidente. Esta elección no sólo cambió su vida, sino que también le permitió darse cuenta del verdadero significado del amor maternal. El bebé es el único superviviente que encuentra durante la guerra, y conocerlo simboliza esperanza y un nuevo comienzo. Lo llamó Ariel y prometió brindarle un ambiente seguro y amoroso.
"En esta era caótica, encontré un rayo de esperanza. Esta es mi arma contra la soledad."
Después de eso, Maquia y Ariel se embarcaron en un viaje de vida de madre e hijo. Aunque su vida es sencilla, la pasión y la perseverancia de Maquia hacen que esta relación sea extremadamente valiosa. Para ella, Ariel es la única persona a la que puede apegarse y amar, y todo está dentro de sus posibilidades.
A medida que pasa el tiempo, Ariel crece, mientras Maquia comienza a enfrentar los desafíos de la diferencia de edad al permanecer en la adolescencia. La independencia de Ariel se vuelve cada vez más fuerte y comienza a intentar establecer contacto con el mundo exterior, lo que hace que la soledad interior de Maquia sea cada vez más grave. Este conflicto emocional es su lucha entre el amor y la soledad.
"Para mí, el amor es efímero, pero es eterno."
Cuando Ariel decide unirse al ejército, Maquia se ve obligada a afrontar el dolor de la pérdida. Ella entiende que todo esto es una etapa necesaria en la vida, aunque su corazón esté lleno de inquietud y ansiedad. Este sentimiento de separación la torturó todo el tiempo, pero también comprendió que era este amor el que le permitía superar la soledad y el miedo.
Después de una guerra especial, los destinos de Maquia y Ariel se entrelazan una vez más. El encuentro entre los dos en Kucheng les hizo reexaminar los roles del otro. Maquia le contó a Ariel su propio viaje mental y le expresó el verdadero significado del amor madre-hijo. Ariel da a luz a su propio hijo, lo que hace que Maquia sienta el paso del tiempo y las emociones acumuladas de generación en generación.
"Aunque nuestras vidas son cortas, el amor hace que nuestra existencia valga la pena."
En la última parte de su vida, Maquia regresó a su ciudad natal nuevamente, donde los Iorph finalmente encontraron la oportunidad de renacer. Y al ver a Ariel nuevamente, Maquia finalmente liberó todas las emociones de su corazón. Se dio cuenta de que el llamado amor durará para siempre en su corazón pase lo que pase, incluso si ha perdido a la persona que más amaba.
La elección de Maquia nos hace pensar en cómo equilibrar la elección entre "amor" y "soledad", y ¿cómo afrontar la separación y el reencuentro en la vida?