En estadística, la prueba de razón de verosimilitud es un método de prueba de hipótesis que compara el ajuste de dos modelos estadísticos en competencia para determinar cuál es más consistente con los datos observados. Los dos modelos suelen ser un modelo obtenido maximizando el espacio de parámetros globales y un modelo al que se imponen restricciones. En este proceso, el propósito de la prueba es utilizar su índice de verosimilitud para determinar si los datos observados respaldan la hipótesis entre el modelo más simple y el modelo complejo. En resumen, esta prueba nos ayuda a identificar patrones subyacentes en los datos.
La idea central de la prueba de razón de verosimilitud es que si el modelo más simple (es decir, la hipótesis nula) está respaldado por los datos observados, entonces la probabilidad de los dos modelos no debería diferir en más que el error de muestreo.
Supongamos que tenemos un modelo estadístico en el espacio de parámetros Θ
. La hipótesis nula generalmente significa que el parámetro θ
está dentro de un determinado subconjunto Θ₀
, mientras que la hipótesis alternativa significa que θ
está dentro de Θ₀
El complemento de code>, es decir, Θ \ Θ₀
. El estadístico de prueba de razón de verosimilitud se puede calcular de la siguiente manera:
λLR = -2 ln [ sup
θ∈Θ₀
L(θ
) / supθ∈Θ
L(θ ) ]
La L(θ)
aquí es la función de probabilidad que acabamos de mencionar. La importancia de esta fórmula es que cuando se establece la hipótesis nula, el resultado calculado se aproximará en potencia a la distribución chi-cuadrado, lo que nos permitirá utilizar este resultado para probar la hipótesis.
Al realizar una prueba de razón de verosimilitud, los dos modelos deben estar anidados, lo que significa que el modelo más complejo se puede convertir en un modelo más simple imponiendo restricciones a los parámetros. Muchas estadísticas de prueba comunes, como la prueba Z, la prueba F, etc., se pueden expresar utilizando conceptos similares. Si los dos modelos no están anidados, se puede utilizar su versión generalizada para la detección.
Supongamos que tenemos una muestra aleatoria de una distribución normal y queremos probar si su media es igual a un valor específico. Por ejemplo, sea la hipótesis nula H₀: μ = μ₀
y la hipótesis alternativa sea H₁: μ ≠ μ₀
. En este momento, podemos usar la función de probabilidad para realizar la prueba y finalmente obtener las estadísticas relevantes y luego estimar su importancia.
Si se rechaza la hipótesis nula, significa que la hipótesis alternativa es más consistente con los datos; de lo contrario, la hipótesis nula no se puede rechazar.
El teorema de Wilks establece que si la hipótesis nula es cierta, a medida que aumenta el tamaño de la muestra, el estadístico de prueba de razón de verosimilitud tenderá a ser una variable aleatoria con una distribución chi-cuadrado. Esto nos permite calcular el índice de verosimilitud y compararlo con el valor de chi-cuadrado correspondiente a un nivel de significancia específico en una variedad de situaciones hipotéticas, como un esquema de prueba estadística aproximado.
En la vida real, la prueba de razón de verosimilitud se utiliza ampliamente en diversos campos, incluidos la bioestadística, las ciencias sociales y la psicología. Los escenarios de aplicación específicos incluyen evaluación del efecto del tratamiento del paciente, análisis de datos ambientales y predicción de tendencias del mercado. No obstante, con el desarrollo de la ciencia de datos y el aprendizaje automático, es posible que nos enfrentemos a entornos de datos más complejos e incompletos, lo que desafía los límites de aplicación de los métodos de prueba estadísticos tradicionales.
Entonces, con el avance de la tecnología, ¿puede la prueba de razón de verosimilitud seguir desempeñando un papel clave en el campo del análisis de datos?