La afasia selectiva a menudo coexiste con el trastorno de ansiedad social. Incluso cuando se enfrentan a las consecuencias de la vergüenza, el aislamiento social o el castigo, los pacientes optan por permanecer en silencio.
Los síntomas de la afasia selectiva son muy evidentes. Aunque los pacientes tienen buenas habilidades lingüísticas y de comprensión, son completamente incapaces de hablar en determinadas situaciones. Este comportamiento a menudo es malinterpretado por las personas que te rodean como timidez o descortesía. Para los niños, es posible que permanezcan en silencio todo el año en la escuela, pero puedan hablar de todo cuando llegan a casa. Hay distintos grados de este comportamiento: algunas personas no hablan en absoluto durante las interacciones sociales, mientras que otras solo responden a preguntas breves de sus compañeros o adultos.
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico, Quinta Edición (DSM-5), para cumplir los criterios diagnósticos de afasia selectiva se debe demostrar lo siguiente:
Los estudios han demostrado que la afasia selectiva está estrechamente relacionada con otros síntomas de ansiedad, especialmente el trastorno de ansiedad social. Estudios han demostrado que muchos niños diagnosticados con afasia selectiva también se ven afectados por el trastorno de ansiedad social. Algunos expertos creen que la afasia selectiva puede ser una estrategia utilizada por personas con cierto tipo de trastorno de ansiedad social para aliviar la ansiedad en situaciones sociales.
Dado que muchas personas con autismo también tienen afasia selectiva, este fenómeno a menudo se malinterpreta, lo que puede llevar a un diagnóstico erróneo y a un tratamiento inadecuado.
Sin embargo, no hay consenso sobre la comprensión de las causas de la afasia selectiva. Se especula que muchos casos pueden estar relacionados con la predisposición genética y la inhibición conductual de un individuo, que pueden provenir de una amígdala hiperactiva en el cerebro. Esta parte es responsable de detectar amenazas potenciales e iniciar la respuesta instintiva de "huir o congelarse". Los estudios han demostrado que los niños afectados por la inhibición del comportamiento tienen más probabilidades de experimentar afasia selectiva en determinadas situaciones.
En cuanto al tratamiento, la afasia selectiva no mejora automáticamente con la edad, por lo que la intervención temprana es muy importante para el desarrollo saludable de los pacientes. Algunos tratamientos tradicionales incluyen la terapia conductual y la terapia cognitiva conductual, que tienen como objetivo mejorar las habilidades de comunicación social del paciente. Dependiendo de la situación individual, los expertos adoptarán estrategias de tratamiento adecuadas.
El tratamiento de la ansiedad por comunicación social (S-CAT) es un método de tratamiento común que integra la terapia conductual, la terapia cognitiva conductual y las estrategias basadas en el conocimiento y ha ayudado con éxito a muchos pacientes a recuperar su capacidad de hablar.
Los planes de tratamiento para niños también pueden utilizar la técnica del "automodelado", que permite a los pacientes observarse a sí mismos comunicándose con la ayuda de expertos o personas de confianza a través de videoclips. Esto aumenta su confianza. En algunos casos, los profesionales médicos pueden incluso considerar la posibilidad de tomar medicamentos para ayudar en el proceso de psicoterapia, especialmente para adolescentes y adultos que ya padecen ansiedad o depresión.
En la sociedad todavía existen muchos malentendidos sobre la afasia selectiva, lo que puede llevar a perder oportunidades de un tratamiento temprano. Aumentar la conciencia y la comprensión de los síntomas y crear un entorno de apoyo son los primeros pasos hacia un tratamiento eficaz. En el proceso de comprender la afasia selectiva, ¿deberíamos también reexaminar nuestra comprensión de la comunicación y valorar la forma única de expresión de cada persona?