Cuando se enfrentan a un incidente con víctimas en masa (MCI), los socorristas se enfrentan al desafío de evaluar y clasificar de manera rápida y eficiente a los heridos. El método de estadificación simple y tratamiento rápido (START) es uno de esos métodos de detección que se ha utilizado ampliamente en los Estados Unidos desde su desarrollo en 1983 en el Hospital Hoag y el Departamento de Bomberos de Newport Beach en California.
Los socorristas que utilizan el método START clasifican a cada víctima en una de cuatro categorías según la gravedad de sus lesiones:
Muerte/Expectativa (Negro)
Inmediatamente (rojo)
Retraso (amarillo)
Lesión al caminar/lesión leve (verde)
Los colores corresponden a las etiquetas de filtro que indican el estado de cada víctima. Aunque no todas las agencias utilizan etiquetas físicas, generalmente es necesario trasladar a las personas lesionadas que pueden caminar por sí solas a un área específica de la escena. A continuación se evaluarán los no viables. La única intervención médica antes de que la víctima fuera declarada muerta fue un intento de abrirle las vías respiratorias. Si después del intento la víctima sigue sin poder respirar, se la clasifica como muerta y se la marca en negro. Las víctimas se clasifican como candidatas a tratamiento inmediato si están respirando y presentan:
La frecuencia respiratoria supera las 30 respiraciones por minuto;
Ausencia de pulso en la arteria radial o regurgitación capilar durante más de 2 segundos;
Incapaz de seguir instrucciones simples.
Todos los demás pacientes fueron clasificados como con tratamiento tardío.
Una vez evaluadas todas las víctimas, los socorristas utilizan el sistema de clasificación START para priorizar el tratamiento o la evacuación. El enfoque más básico es transportar a los heridos según un orden de prioridad fijo: primero transportar a los heridos de la categoría inmediata, luego a los de la categoría retrasada y por último a los heridos de la categoría que caminan. En este contexto también se pueden utilizar sistemas de evaluación secundaria más detallados, como el sistema SAVE, donde la clasificación START es fundamental para determinar el orden en que las personas lesionadas deben someterse a la evaluación secundaria.
Es importante señalar que el sistema START no proporciona orientación para la asignación de recursos. Su algoritmo de triage no depende del número de víctimas ni de la cantidad de recursos disponibles, por lo que la forma de implementar el tratamiento y la evacuación puede variar significativamente entre diferentes instituciones.
Muchas instituciones han modificado el sistema START o desarrollado sistemas de detección similares. Una de las primeras modificaciones fue utilizar el pulso radial en lugar del retorno capilar para clasificar a las víctimas para su tratamiento inmediato. El Departamento de Bomberos de Nueva York utiliza una versión modificada de START que agrega una clasificación de "emergencia" naranja, que está entre inmediata y retrasada.
El uso de START también se ha modificado para pacientes pediátricos y se llama JumpSTART. Esta modificación tiene algunos ajustes simples para la versión para adultos. El ajuste más importante es cambiar la frecuencia respiratoria "normal": debido a que los niños generalmente respiran más rápido que los adultos, JumpSTART clasifica a los niños según su frecuencia respiratoria, y solo cuando la frecuencia respiratoria del niño es menor de 15 o mayor de 45 por minuto, Está marcado para tratamiento inmediato. Si el niño no respira pero tiene pulso, el personal de emergencia le dará cinco respiraciones. Si la respiración se restablece, se marcará como "inmediata". Si no, se marcará como "muerto". La diferencia entre niños y adultos se puede determinar mediante un examen rápido del desarrollo del vello de las axilas en los niños y del desarrollo de los senos en las niñas.
Además, existen otros sistemas de detección como Triage Sieve, Pediatric Triage Tape y CareFlite Triage, que también utilizan cuatro o cinco categorías de detección, entre ellas rojo, amarillo, verde y negro.
Sin embargo, START también tiene sus limitaciones. Hasta la fecha, no existen criterios pertinentes para medir la idoneidad de cualquier sistema de detección en casos de víctimas masivas. Si bien la fortaleza de START reside en su simplicidad, esto también se convierte en una limitación importante. A medida que el campo de la medicina de emergencia ha evolucionado, los expertos se han dado cuenta de que el proceso de evaluación debe ser más sofisticado y tener en cuenta las limitaciones de recursos y capacidades para determinar cómo priorizar a los heridos.
En situaciones críticas como ésta, ¿estamos preparados para responder a las emergencias y utilizar eficazmente estos sistemas de detección para salvar vidas?