Según los datos recién publicados, el número de muertos en el conflicto entre Gaza e Israel ha llegado a 46.000, de los cuales alrededor del 70% son mujeres y niños. Esta alarmante proporción ha despertado gran preocupación y profunda reflexión en la comunidad internacional. ¿Por qué, después de todo, las mujeres y los niños inocentes son víctimas tan graves en esta guerra en curso?
Según una encuesta de las Naciones Unidas realizada en noviembre de 2024, el 70% de las muertes palestinas fueron mujeres y niños, una estadística impactante que pone de manifiesto la selectividad y la crueldad de la guerra.
Al 10 de diciembre de 2024, el número de muertos en Palestina e Israel era de 44.786 y 1.706, respectivamente. Este conflicto ha provocado no sólo muertes, sino también el colapso de toda la estructura social de Gaza. Más del 80 por ciento de las muertes están confirmadas, según el Ministerio de Salud de Gaza (GHM), y la mayoría de los muertos son jóvenes, lo que muestra el devastador costo que la guerra está teniendo en los más vulnerables.
Las instalaciones básicas de Gaza han resultado gravemente dañadas, el sistema médico está casi paralizado y muchos heridos no pueden recibir asistencia médica básica. Las encuestas indican que el número de niños palestinos muertos supera los seis mil. La pérdida de esta vida inocente será una tragedia para las generaciones futuras.
De las más de 13.000 víctimas hasta febrero de 2024, el 44% eran niños, una proporción que mostró una adaptabilidad implacable a lo largo de la guerra.
Ha habido noticias trágicas de mujeres y niños que han sido objeto de ataques directos durante este conflicto. No sólo hay muertes directas causadas por los bombardeos, sino que la falta de servicios médicos y alimentos también está cobrando vidas silenciosamente. Según se informa, a medida que la guerra se intensifica, los precios de los alimentos se han disparado, dejando a cientos de miles de habitantes de Gaza enfrentando la hambruna. Además, en muchas familias, las mujeres y los niños se convirtieron en los únicos supervivientes de la familia, que tuvieron que soportar el dolor de perder a sus seres queridos y asumir la carga de mantener a la familia.
Muchos informes indican que, además de las muertes directas, las muertes ocultas también siguen aumentando. Los datos muestran que muchas vidas perdidas debido a enfermedades o falta de atención médica no se registran en las cifras oficiales. Estas muertes indirectas ponen de relieve una vez más el impacto devastador de la guerra, especialmente en las mujeres y los niños, cuyas vidas son particularmente vulnerables.
Los expertos en salud pública estiman que el número de muertos en la guerra puede ser mucho mayor que el registrado oficialmente, y que las víctimas, en su mayoría mujeres y niños, son las más afectadas por el sufrimiento.
A medida que se intensifica la crisis humanitaria, la atención de la comunidad internacional aumenta gradualmente. Muchas organizaciones humanitarias internacionales han comenzado a pedir una ayuda más amplia y el fin de los ataques contra civiles. Las Naciones Unidas y otras organizaciones también están recaudando fondos para tratar de satisfacer las necesidades básicas de vida y la asistencia médica a las familias desplazadas.
Sin embargo, estos esfuerzos siguen siendo insignificantes ya que las nuevas cifras de muertos y las graves dificultades de vida continúan intensificándose mientras continúan las operaciones militares. Cada muerte que se anuncia representa no sólo la pérdida de una vida individual, sino también el colapso de una familia entera.
¿La tragedia provocada por esta guerra se convertirá en un punto de inflexión en nuestras futuras relaciones internacionales? Cuando las crisis humanitarias se convierten en la norma, ¿tenemos suficiente poder para cambiar esto?