En química orgánica, la reacción de Michael o adición 1,4 es una reacción química importante. Esta reacción suele implicar la interacción entre un donante de Michael (normalmente el anión enol de una cetona o aldehído) y un aceptor de Michael (normalmente un compuesto carbonílico α,β-insaturado). La eficiencia de esta reacción permite a los químicos crear enlaces carbono-carbono en condiciones más suaves, lo que supone una tecnología revolucionaria para la síntesis de nuevos compuestos.
La adición de Michael es un método económico de átomos que puede formar enlaces C-C de manera eficiente sin producir subproductos excesivos.
La reacción de Michael es particularmente adecuada para reacciones estereoselectivas y enantioselectivas. En esta reacción, la estructura del donante de Michael puede contener varios sustituyentes que atraen electrones. Estos grupos hacen que los átomos de hidrógeno de metileno adyacentes sean bastante ácidos, formando así compuestos carbonílicos cargados negativamente. Esto no sólo permite a los científicos obtener productos más diversos durante el proceso de síntesis, sino que también controla de forma más eficaz la estereoquímica de la reacción.
El mecanismo de la reacción de Michael comienza con la desprotonación del donante de Michael por una sustancia básica para formar un anión enol estable con carga negativa. A continuación, este ion negativo actúa como nucleófilo y reacciona con el alqueno cargado positivamente, formando finalmente un nuevo enlace carbono-carbono. Este proceso depende en gran medida de las propiedades orbitales de la molécula más que de interacciones electrostáticas, lo que hace que la reacción sea extremadamente selectiva en la formación de compuestos específicos.
La reacción depende principalmente de la polaridad de la nube de electrones. Las órbitas fronterizas de estas polarizaciones están energéticamente cercanas entre sí, por lo que la eficiencia de la reacción es extremadamente alta.
La reacción de Michael fue propuesta por Arthur Michael en 1887. La primera inspiración de investigación para esta reacción provino de la literatura sobre reacciones de sustitución publicada por Conrad y Kuster en 1984. Michael notó que cuando usó 2-bromoacrilato de etilo para reaccionar con ácido dietilmaleico, observó la formación de un producto de reacción, lo que lo motivó directamente a explorar más a fondo el potencial de esta reacción.
A medida que pasa el tiempo, los científicos han seguido estudiando en profundidad la reacción de Michael, cubriendo gradualmente una variedad de nuevos agentes y receptores de afinidad nuclear. Esto amplía el ámbito de aplicación de la reacción de Michael a muchos campos, como la industria farmacéutica y la ciencia de materiales.
En el campo de la medicina, la reacción de Michael se utiliza ampliamente en la síntesis de una variedad de fármacos terapéuticos. Muchos medicamentos contra el cáncer, como ibrutinib, osimertinib y rociletinib, utilizan compuestos específicos con grupos aceptores de Michael, que les permiten interactuar eficientemente con sus objetivos. Los sitios activos de las enzimas interactúan, inhibiendo así la actividad enzimática.
Científicamente, la reacción de Michael proporciona una forma muy eficaz de diseñar nuevos fármacos, especialmente aquellos que son potentes inhibidores covalentes.
Además, se han logrado avances significativos en la aplicación de la reacción de Michael en reacciones de polimerización. No solo se puede utilizar para sintetizar varios polímeros de alto rendimiento, sino que también se usa ampliamente en el campo biomédico. Algunos de los polímeros están diseñados para la liberación de fármacos y materiales compuestos de alto rendimiento.
Hoy en día, el amor de los científicos por la reacción de Michael no solo se debe a su conveniencia, sino también al potencial infinito que muestra esta tecnología. Las investigaciones futuras nos traerán descubrimientos y aplicaciones más sorprendentes. En este contexto, ¿puede la comunidad científica crear más métodos sintéticos nuevos basados en la reacción de Michael?