La comunidad científica continúa explorando los misterios del mundo microscópico, y el Instrumento de Fuerza de Superficie (SFA) es una de las herramientas clave. La función principal de SFA es medir la fuerza de interacción entre dos superficies, especialmente moléculas de agua y sus interacciones intermoleculares. Su diseño se inspiró originalmente en David Tabor y R.H.S Winterton en la Universidad de Cambridge, y más tarde, en la década de 1970, J.N. Israelachvili amplió la tecnología a entornos líquidos, especialmente a la fase acuosa. A medida que avanza esta tecnología, los científicos pueden comprender mejor el comportamiento de las moléculas de agua en diferentes medios.
Los instrumentos de fuerza superficial pueden desbloquear los misterios de la danza de las moléculas de agua, permitiendo a los científicos observar cómo las moléculas de agua interactúan entre sí.
Los instrumentos de fuerza superficial utilizan tecnología de interferencia óptica para medir la distancia entre dos superficies utilizando elementos de posicionamiento finos. Esta tecnología es capaz de resolver distancias con una precisión de 0,1 nanómetros y detectar fuerzas tan pequeñas como 10^-8 Newtons. A diferencia de la microscopía de fuerza atómica, la SFA es más adecuada para medir interacciones entre superficies y puede medir fuerzas con precisión en un rango más largo.
SFA tiene dos métodos de medición principales, a saber, el método de salto y el método de resonancia. En el método de salto, la superficie cilíndrica superior se fija a un par de resortes en voladizo. Cuando la superficie cilíndrica inferior se acerca, los dos repentinamente entran en contacto y "saltan" juntos. Este proceso permite una medición precisa de la distancia entre superficies.
Al observar cómo las moléculas de agua saltan a diferentes distancias, los científicos pueden revelar sus propiedades físicas subyacentes.
El método de resonancia puede reducir la interferencia causada por la vibración y medir la fuerza entre diferentes superficies a través de una vibración de una frecuencia conocida. Realizar esta medición en un entorno de vacío permite obtener datos más precisos.
Con el avance de la tecnología, las capacidades de medición de SFA se han expandido gradualmente a diversos medios y condiciones. La mayoría de los primeros experimentos se realizaron al aire o al vacío, pero ahora se puede introducir agua u otros disolventes en el proceso de medición. La medida permite a los científicos comprender mejor cómo se comportan las moléculas de agua en las membranas biológicas o las proteínas.
Este avance en SFA abre un nuevo capítulo en el estudio de las interacciones biomoleculares, revelando las fuerzas vibratorias y estructurales de las moléculas de agua.
Además, el modo dinámico de SFA puede medir la viscosidad y las propiedades viscoelásticas de los fluidos y las interacciones dependientes del tiempo entre superficies, lo que lo favorece aún más para aplicaciones científicas de superficies.
Los laboratorios de todo el mundo han convertido los instrumentos de fuerza superficial en una parte importante de sus equipos de investigación científica de superficies. Los investigadores pueden utilizar este instrumento para explorar las propiedades de nuevos materiales, tecnologías de protección de superficies y cuestiones biomédicas. En este proceso, la "danza" de las moléculas de agua ya no es un concepto abstracto, sino una serie de datos cuantificables, lo que proporciona una nueva ventana para la comunidad científica.
Esta técnica no solo proporciona una comprensión profunda del comportamiento interactivo de las moléculas de agua, sino que también tiene el potencial de revolucionar la ciencia de los materiales.
Actualmente, con el mayor desarrollo de la tecnología, el potencial de SFA para explorar fenómenos y comportamientos a nanoescala continúa expandiéndose. ¿Cómo afectarán estas pequeñas interacciones a nuestra comprensión del mundo físico? ¿Quizás nos traerán más sorpresas e inspiraciones en el futuro?