Es sorprendente lo bien que funcionan las máquinas expendedoras. Muchos de nosotros podemos utilizar estas máquinas en nuestra vida diaria sin pensar siquiera en cómo funcionan. Una máquina expendedora es como una máquina sofisticada de respuesta instantánea que puede responder con precisión a las instrucciones del usuario. El secreto detrás de esto reside en su diseño: el modelo de máquina de estados finitos (FSM).
Una máquina de estados finitos es un modelo matemático utilizado para calcular y diseñar sistemas que implican transiciones de estados. Puede cambiar rápidamente entre estados subdivididos, cambiando los estados según las operaciones de entrada. En su núcleo hay un conjunto finito de estados, un estado inicial y entradas que pueden desencadenar transiciones de estado. En una máquina expendedora, cada estado representa una etapa diferente del funcionamiento de la máquina, como por ejemplo, espera, aceptación de moneda, selección de productos y pago.
Una máquina expendedora es un ejemplo simple de una máquina de estados finitos, con entradas claras (por ejemplo, insertar una moneda, seleccionar un artículo) y transiciones de estado.
Cuando el usuario introduce una moneda, la máquina detecta la entrada y pasa al estado "aceptar monedas"; posteriormente, cuando el usuario selecciona un producto, el sistema decide si permite la selección del producto en función del número de monedas. Monedas previamente aceptadas. Si la cantidad es suficiente, la máquina entrará en el estado "envío", y si la cantidad es insuficiente, el sistema permanecerá en el estado "espera". Este diseño garantiza que la máquina expendedora pueda ejecutar con precisión el programa predeterminado.
Este enfoque de diseño basado en máquinas de estados finitos no se limita a las máquinas expendedoras; se pueden encontrar aplicaciones similares en muchos dispositivos de nuestra vida. Por ejemplo, un ascensor también es una máquina de estados. Determina la dirección de viaje en función de los botones del piso presionados por los pasajeros y abre la puerta al llegar a un piso determinado. La característica común de estos sistemas es que logran respuestas predeterminadas a través de entradas claras y transiciones de estado correspondientes.
A través de entradas simples y transiciones de estado, el sistema automatizado funciona perfectamente como una máquina precisa.
La aplicación de máquinas de estados finitos también se ha expandido a sistemas más complejos, como los semáforos o los circuitos digitales. En estos sistemas, los modelos FSM pueden simplificar el proceso de diseño y al mismo tiempo mejorar el rendimiento general. Ya sea que acepten entradas o realicen transformaciones, los FSM proporcionan un marco claro para gestionar estados cambiantes.
Vale la pena señalar que, si bien las máquinas de estados finitos son potentes, no están exentas de limitaciones. Su poder de cálculo es limitado en comparación con una máquina de Turing, lo que significa que las máquinas de estados finitos no pueden realizar ciertas tareas de cálculo. Sin embargo, en muchas aplicaciones, esta limitación no afecta su valor de uso práctico. La alta precisión y confiabilidad de las máquinas expendedoras demuestran sin duda la importancia de las máquinas de estados finitos en el diseño.Otra pregunta interesante es, con el desarrollo de la tecnología, ¿cómo pueden las futuras máquinas expendedoras integrar tecnología más inteligente para mejorar aún más la precisión de su respuesta y la experiencia del usuario?