En la naturaleza, los animales inofensivos se protegen imitando las señales de advertencia de especies peligrosas, un fenómeno conocido como mimetismo batesiano. El concepto fue propuesto por primera vez por el naturalista británico Henry Walter Bates, quien, mientras exploraba la selva amazónica a mediados del siglo XIX, notó que ciertas mariposas no venenosas parecían poseer propiedades similares a las de las mariposas venenosas, colores y patrones, que son de tipo evolutivo. estrategia es esta?
La simulación batesiana es una simulación defensiva en la que el imitador obtiene una ventaja al evitar el contacto directo con el receptor de la señal.
El éxito de la simulación batesiana depende de varios factores, el más importante de los cuales es la relación de la especie que se imita (el imitador) con su prototipo (el modelo). Los imitadores suelen ser inofensivos, mientras que los modelos son especies venenosas o que tienen otros mecanismos de defensa. Los imitadores advierten a los depredadores imitando el color, la forma u otras características del modelo, lo que lo hace parecer un objetivo peligroso para los depredadores, reduciendo así el riesgo de depredación. La eficacia de esta estrategia se ve afectada por la abundancia del modelo en el medio ambiente y su toxicidad.
Porque cuantas más especies modelo haya en el entorno, más probable será que el imitador sea identificado como peligroso. Por tanto, los imitadores suelen estar presentes en menor número para evitar la habituación a los depredadores y aprender a diferenciar entre imitadores y modelos. Este fenómeno se llama selección dependiente de la frecuencia.
En algunos casos, los imitadores incluso desarrollan múltiples formas (pleomorfismo), lo que les permite imitar múltiples modelos diferentes y así lograr una mayor protección. Por ejemplo, algunas mariposas, como la mariposa saltadora, pueden adaptarse a diversos modelos en diferentes entornos, lo que no sólo mejora sus posibilidades de supervivencia, sino que también demuestra la asombrosa sabiduría de la naturaleza.
Los imitadores no sólo atraen visualmente la atención de los depredadores, algunas especies incluso realizan simulación batesiana a través de sonido o corriente eléctrica, mostrando la diversidad del comportamiento imitativo.
Las simulaciones batesianas no se limitan a señales visuales. Algunos insectos, como ciertas polillas, son capaces de imitar las señales de advertencia ultrasónicas emitidas por polillas desagradables, lo que se conoce como mimetismo acústico batesiano. Además, algunos peces son capaces de imitar la corriente eléctrica emitida por las anguilas eléctricas, una forma de simulación eléctrica. Estos ejemplos ilustran la diversidad del mimetismo y cómo los organismos utilizan la evolución para obtener ventajas de supervivencia en diferentes entornos.
Durante sus expediciones por América Latina, Henry Walter Bates recolectó una gran cantidad de ejemplares de mariposas y descubrió que tenían colores y formas similares. Esto lo llevó a proponer el concepto de mimetismo, señalando que la similitud en la coloración de algunas mariposas con especies venenosas era una adaptación evolutiva a los depredadores. Esta teoría está respaldada por la teoría de la evolución de Darwin y está estrechamente relacionada con la competencia por la supervivencia de los organismos.
Muchos organismos poseen depredadores y, dependiendo de su historial de supervivencia, evolucionan para desarrollar diversas adaptaciones para resistir la depredación. Estos incluyen el comportamiento nocturno y el camuflaje que dificultan la autodetección, mientras que otros informan claramente a los depredadores sobre sus propiedades venenosas mediante fuertes advertencias de colores. En este caso, el imitador imitará dichas señales de advertencia para evitar un encuentro con el depredador.
Las simulaciones batesianas imperfectas ocurren con frecuencia en la naturaleza. Algunos imitadores no copian completamente todas las características de su modelo, lo que significa que el imitador aún puede estar evolucionando hacia una imitación más perfecta. Este fenómeno puede deberse a la existencia de múltiples modelos, o a que la forma en que los humanos reconocen a los imitadores es diferente a la de los depredadores naturales.
Este juego estratégico entre imitadores y modelos se convierte en una dinámica en constante cambio a lo largo de la evolución biológica. Ya sean colores de advertencia visual, sonidos o simulaciones de corriente, todo esto hace que el ecosistema natural sea más complejo y atractivo. Esto nos hace pensar, ¿cuántos secretos asombrosos se esconden en la naturaleza y aún no han sido revelados?