A medida que aumenta la altitud, el punto de ebullición del agua sigue disminuyendo. Este fenómeno puede resultar familiar para muchas personas. Muchos escaladores o viajeros notarán que al hervir agua en altas montañas, incluso si el fuego es fuerte, el agua no puede alcanzar el punto de ebullición de 100°C. La razón detrás de esto tiene mucho que ver con la física, específicamente con la presión del aire.
El punto de ebullición del agua es la temperatura a la que el agua líquida se convierte en vapor de agua. Un líquido comienza a hervir cuando su presión de vapor alcanza la presión atmosférica del entorno que lo rodea. Al nivel del mar, la presión del aire estándar es 101,325 kPa y el punto de ebullición del agua es 100°C. Pero en altitudes elevadas, el punto de ebullición del agua disminuye debido a la menor presión del aire. Por ejemplo, a una altitud de aproximadamente 1.905 metros, el punto de ebullición del agua desciende a 93,4°C.
El punto de ebullición depende de la presión del aire del ambiente. Cuanto menor es la presión del aire, menor es el punto de ebullición.
La presión de vapor del agua aumenta a medida que aumenta la temperatura. Por lo tanto, el agua comienza a hervir cuando su presión de vapor alcanza la presión del aire ambiente. A grandes altitudes, la presión del aire ambiente disminuye, lo que significa que el agua alcanza un estado igual a su presión de vapor a una temperatura más baja y comienza a hervir. Por eso también en ambientes alpinos el agua no llega a los 100°C, aunque el tiempo de cocción puede ser mayor.
Además de la presión del aire, el punto de ebullición del agua también se ve afectado por otras sustancias. Cuando otras sustancias, como la sal, se disuelven en agua, estas impurezas hacen que el punto de ebullición del agua aumente, fenómeno llamado elevación del punto de ebullición. Esto se debe a que las impurezas reducen la presión de vapor del agua, aumentando la temperatura necesaria para alcanzar la ebullición a la misma presión.
En agua salada, el punto de ebullición del agua será mayor que el del agua pura.
Las personas que viven en altitudes elevadas a menudo enfrentan el desafío de hacer ajustes al cocinar. Dado que el agua de la olla puede comenzar a hervir a una temperatura más baja, esto significa que es posible que los alimentos no se cocinen completamente en altitudes elevadas. Este es sin duda un nuevo desafío para quienes están acostumbrados a cocinar al nivel del mar. En este caso, es posible que necesites aumentar el tiempo de cocción o utilizar una olla a presión para aumentar la presión del aire y elevar el punto de ebullición del agua.
Con el avance de la ciencia y la tecnología, los científicos prestan cada vez más atención a la investigación del punto de ebullición en entornos de gran altitud. Esto no se debe sólo a su valor científico, sino también a su importancia en aplicaciones prácticas. Por ejemplo, en expediciones a Marte u otros planetas, la baja presión del aire también será un factor clave a tener en cuenta respecto al punto de ebullición del agua.
En diferentes entornos, los cambios en el punto de ebullición del agua revelan importantes leyes de la naturaleza.
Comprender por qué la temperatura del agua desciende cuando hierve a gran altura no sólo mejorará la calidad de los platos de la meseta, sino que también nos permitirá profundizar en los misterios del mundo físico. Con la exploración de este tema, el conocimiento relevante tiene un impacto significativo en la mejora de la calidad de vida y el avance de la ciencia y la tecnología. Esto nos hace pensar, ¿estas reglas de la naturaleza afectan también a otros misterios sin resolver?