Los riñones son órganos importantes para mantener la salud humana y son responsables de una variedad de funciones, incluida la regulación del equilibrio ácido-base, el mantenimiento del equilibrio de líquidos, la eliminación de sustancias tóxicas y la síntesis de diversas hormonas. Sin embargo, estas funciones complejas dependen de la capacidad de filtración de los riñones, que es la que se evalúa mediante la tasa de filtración tubular (TFG). La TFG se considera ampliamente como un indicador clave de la salud renal porque refleja directamente el estado funcional de los riñones.
La TFG es un indicador importante de la filtración tubular renal y sus cambios suelen ser signos de advertencia temprana de enfermedad renal.
La tasa de filtración tubular (TFG) describe la cantidad de plasma filtrado en los túbulos renales por minuto y se puede medir y estimar mediante diferentes métodos. Clínicamente, la forma más utilizada de estimar la TFG es a través de los niveles de creatinina en sangre.
La creatinina es un metabolito natural, derivado principalmente del metabolismo muscular. Se filtra libremente en los túbulos renales pero también se secreta activamente en cantidades muy pequeñas. Por lo tanto, el aclaramiento de creatinina suele ser mayor que la TFG real. No obstante, debido a la conveniencia de medir la creatinina, este método todavía se usa ampliamente.
En la práctica clínica, la estimación de la TFG es crucial para evaluar la función excretora de los riñones.
La TFG se puede estimar midiendo sustancias específicas en la sangre y la orina, más comúnmente usando creatinina. En función de las concentraciones de creatinina en plasma y orina, podemos calcular el valor de TFG. La TFG estimada (eGFR) es muy común clínicamente, especialmente en la clasificación de la enfermedad renal crónica.
Además de la creatinina, para medir la TFG también se utilizan pruebas in vitro de otras moléculas como la tiona C y sustancias endógenas como el aclaramiento tubular renal. La precisión y viabilidad de estos métodos también son indicadores importantes para evaluar la función renal.
El uso combinado de múltiples métodos puede evaluar con mayor precisión la función de filtración de los riñones.
El rango normal de TFG es generalmente de 90 a 120 ml por minuto. Cuando la TFG está por debajo del rango normal, puede significar que la capacidad de los riñones para eliminar los productos de desecho metabólicos está alterada. La comunidad médica enfatiza que mantener la TFG dentro de un rango saludable puede prevenir eficazmente un mayor deterioro de la enfermedad renal crónica.
Los cambios en la TFG a menudo están relacionados con la edad, el sexo y otros factores de salud. De hecho, la TFG disminuye naturalmente a medida que envejecemos, por lo que es especialmente importante que los adultos mayores mantengan una buena salud renal.
Comprender los cambios en la TFG puede ayudar a las personas a tomar decisiones oportunas sobre el manejo de la salud.
Desde la perspectiva de la dieta y el estilo de vida, el ejercicio adecuado, una dieta saludable y controles médicos regulares pueden ayudar a mejorar la salud renal. Controlar la presión arterial, el azúcar en sangre y reducir el colesterol también son muy importantes para prevenir la enfermedad renal.
Además, evitar el uso excesivo de medicamentos y el tratamiento oportuno de diversas enfermedades, como la hipertensión y la diabetes, también pueden tener un impacto positivo en el mantenimiento de un rango normal de TFG. Aumentar el nivel de preocupación por la propia salud puede mejorar aún más la calidad de vida y reducir el riesgo de enfermedades.
Las medidas tempranas de gestión de la salud pueden ayudar a retrasar el desarrollo de la enfermedad renal.
En resumen, la tasa de filtración tubular (TFG) es un indicador de referencia para evaluar la salud renal. Comprender sus cambios nos permite gestionar mejor nuestra propia salud. ¿En tu vida diaria estás prestando atención a la salud de tus riñones?