El cerebelo, que significa "pequeño cerebro" en latín, recibió su nombre porque generalmente es más pequeño que el cerebro. A pesar de esto, el cerebelo en realidad juega un papel extremadamente importante en el sistema nervioso animal, que va desde el control motor hasta las funciones cognitivas, e incluso tiene un impacto significativo en la regulación emocional. En conjunto, estas funciones revelan la diversidad y complejidad del cerebelo.
El cerebelo está ubicado en la fosa craneal posterior, justo en la base del cerebro. Su apariencia, como una estructura separada adherida a la parte inferior de los hemisferios cerebrales, contrasta con los pliegues anchos e irregulares del cerebro, que también dan a la superficie cortical del cerebelo surcos delicados y paralelos.
La corteza del cerebelo en realidad está compuesta de un tejido delgado y muy plegado, que contiene diferentes tipos de neuronas, las más importantes de las cuales incluyen las células de Pukinger y las células granulares.
Las funciones del cerebelo se centran principalmente en la coordinación, precisión y sincronización del movimiento. No inicia activamente ningún movimiento, pero puede afinar las actividades motoras integrando información de los sistemas sensoriales.
Las investigaciones muestran que el daño al cerebelo puede provocar alteraciones en el movimiento fino, el equilibrio, la postura y el aprendizaje motor.
La estructura del cerebelo es neuroanatómicamente distinta de la del cerebro. El cerebelo tiene una zona central compuesta de sustancia blanca espesa, en la que se incrustan cuatro grupos de núcleos cerebelosos profundos. La corteza cerebelosa se divide en tres capas de exterior a interior, a saber, la capa molecular, la capa de Pujinger y la capa granular.
Además de controlar directamente el movimiento, el cerebelo también es esencial en diversos aprendizajes motores. Particularmente en la búsqueda de ajustar las relaciones sensoriomotoras, la capacidad del cerebelo para aprender a través de la plasticidad sináptica es particularmente prominente.
Según el modelo teórico, hay dos fuentes principales de entrada a las células de Pujinger en el cerebelo: una proviene de múltiples fibras paralelas débiles y la otra proviene de una única fibra trepadora fuerte.
El cerebelo se puede dividir en tres regiones principales según su apariencia superficial: los lóbulos anteriores, los lóbulos posteriores y los lóbulos reticulares menores. Aunque estas regiones son morfológicamente distintas, su distinción funcional es más importante.
Aunque la función y estructura del cerebelo se han estudiado ampliamente, muchos de los mecanismos operativos subyacentes del cerebelo aún no se comprenden completamente, especialmente su papel en la función cognitiva y la regulación de las emociones.
Al discutir la función del cerebelo, no podemos evitar pensar, dado que su papel es tan extenso, ¿cómo revelarán futuras investigaciones científicas más misterios desconocidos del cerebelo?