A medida que los expertos en salud a nivel mundial realizan investigaciones en profundidad sobre las infecciones por Candida, los problemas de la candidemia
y la candidiasis invasiva
están recibiendo cada vez más atención. Entre ellas, la nueva especie Candida auris
se ha convertido gradualmente en un tema importante en la comunidad médica desde que se informó por primera vez en 2009. Su aparición no se debe sólo a su tasa de letalidad potencialmente alta, sino también a que muestra resistencia a los medicamentos antimicóticos de uso común, lo que preocupa a los expertos. Este artículo profundizará en la amenaza real de C. auris y por qué está causando tanta preocupación.
La candidiasis invasiva es una infección potencialmente mortal que afecta la sangre, el corazón, el cerebro y otros órganos vitales.
La Candida en el contexto médico generalmente incluye infecciones más leves como la candidiasis oral y la candidiasis vaginal. Sin embargo, la candidiasis invasiva es una forma de infección rápidamente progresiva y potencialmente mortal. Los estudios muestran que los síntomas más comunes son fiebre y escalofríos inexplicables, que a menudo son difíciles de distinguir de otras afecciones médicas. Por lo tanto, el diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno se vuelven extremadamente importantes.
C. auris puede propagarse aún más a través de pacientes con factores de alto riesgo, como pacientes hospitalizados a largo plazo, pacientes inmunocomprometidos y pacientes que se han sometido a cirugía abdominal. Esto aumenta en gran medida las posibilidades de infección por C. auris. Además, la capacidad del hongo para propagarse en infecciones nosocomiales plantea un desafío adicional para la comunidad médica.
Las investigaciones muestran que las infecciones por C. auris se originan en varias regiones y son genéticamente distintas, lo que demuestra su singularidad en diferentes regiones del mundo.
A nivel mundial, se han reportado casos de C. auris en Corea del Sur, India, Sudáfrica, Kuwait, Colombia y otros lugares, y las cepas aisladas en varias regiones tienen diferencias genéticas, lo que hace que las características de transmisión de esta especie sean más complejas. La causa de este patrón sigue siendo desconocida.
El aspecto más preocupante de C. auris es la resistencia a múltiples fármacos que muestra. Muchos aislados de C. auris son resistentes a tres clases de fármacos antimicóticos comúnmente utilizados (p. ej., fluconazol, ácido hialurónico y polienos), y algunos aislados son resistentes a las tres clases, lo que demuestra los principales desafíos del tratamiento.
Los CDC recomiendan el uso de espectrometría de masas y determinación de secuencia molecular para identificar C. auris y garantizar un diagnóstico preciso.
Para abordar este problema, se están realizando muchos estudios con la esperanza de mejorar la precisión del diagnóstico mediante la secuenciación de genes y otras tecnologías avanzadas, mejorando así la eficacia del tratamiento.
Las precauciones son cruciales cuando se trata de infecciones por C. auris. El uso de antibióticos a gran escala puede desencadenar infecciones, y la profilaxis antifúngica dirigida a grupos de alto riesgo, como los pacientes en estado crítico, ha demostrado potencial para reducir la incidencia de anemia. Sin embargo, los estudios actuales no han confirmado que esto mejore la supervivencia. El desafío es equilibrar las necesidades de los pacientes de alto riesgo con el riesgo de evitar el desarrollo de resistencia a los medicamentos, por lo que se necesita más investigación y experiencia práctica para guiar las estrategias de tratamiento futuras.
Actualmente, el tratamiento inicial para la mayoría de los adultos se basa en fármacos antifúngicos heterocíclicos (como las caspofinas), y estos fármacos deben ajustarse según la edad y el estado inmunológico del paciente. Sin embargo, aún es necesario monitorear la respuesta a los agentes terapéuticos para garantizar una eficacia terapéutica óptima.
Se estima que la candidiasis invasiva afecta a más de 250.000 personas cada año y causa más de 50.000 muertes. Con la aparición de C. auris, es probable que este número siga aumentando. Muchos estudios epidemiológicos han señalado que la candidiasis invasiva relacionada con la medicina aumenta cada año, y esta situación también ha obligado a las instituciones médicas a fortalecer aún más la gestión de la salud y las medidas de respuesta a las enfermedades.
Con la prevalencia de C. auris, la prevalencia de enfermedades se ha diversificado, lo que obliga a las instituciones médicas a fortalecer su conocimiento y estrategias de prevención de este hongo.
Sin embargo, la pregunta más importante en este momento es, frente a esta amenaza emergente para la salud pública, ¿cómo deberíamos prevenir eficazmente C. auris y reducir su impacto en la salud pública?