En los últimos años, los inhibidores de la 5α-reductasa (5-ARI) se han convertido en uno de los focos de atención de la comunidad médica en el debate sobre el tratamiento del cáncer de próstata. Esta clase de medicamentos se utiliza ampliamente para tratar afecciones como la hipertrofia prostática benigna, la caída del cabello y el hirsutismo femenino. Aunque los 5-ARI pueden reducir significativamente el riesgo de ciertos tipos de cáncer de próstata, los nuevos desafíos que plantean han causado preocupación en la comunidad médica y entre los pacientes.
Los inhibidores de la 5α-reductasa convierten la testosterona en el esteroide más potente dihidrotestosterona (DHT), que es el principal culpable del agrandamiento de la próstata y la pérdida del cabello.
Los 5-ARI actualmente disponibles en el mercado incluyen finasterida, dutasterida y epristerida. La finasterida y la dutasterida inhiben dos y tres isoformas de la 5α-reductasa, respectivamente, y pueden reducir eficazmente la concentración de DHT en el plasma. La dutasterida, en particular, puede reducir los niveles de DHT en un 95%. La epristerida está disponible principalmente en el mercado chino para el tratamiento de la hipertrofia prostática benigna.
La FDA ha actualizado su advertencia sobre los 5-ARI para alertar a los profesionales de la salud sobre su posible efecto sobre el riesgo de ciertos cánceres de próstata de alto grado.
Los estudios han demostrado que los hombres mayores tienen un riesgo significativamente mayor de sufrir depresión dentro de los primeros 18 meses de uso de finasterida o dutasterida. Estos cambios de humor pueden tener efectos a largo plazo en la calidad de vida de los pacientes y requieren la atención de profesionales médicos. Aunque el riesgo de sufrir cambios de humor disminuye con el tiempo después de usar estos medicamentos, aún así deben manipularse con precaución.
El mecanismo de acción de la 5α-reductasa es bastante complejo y los investigadores aún no comprenden completamente sus efectos sobre la salud. Esta enzima juega un papel importante en la conversión de testosterona en DHT, y la inhibición de esta enzima puede conducir a un ligero aumento de testosterona y esteroides estables.
Actualmente también existen estudios clínicos sobre la combinación de 5-ARI con otros antiandrógenos no esteroides para el tratamiento del cáncer de próstata. Pero a medida que los expertos se vuelven más conscientes de sus efectos secundarios, están cada vez más preocupados por la salud mental de los pacientes y los efectos a largo plazo de dichos medicamentos.
A medida que aumenta la conciencia sobre la salud de la próstata, continúa el uso de inhibidores de la 5α-reductasa. Los pacientes deben sopesar cuidadosamente los posibles riesgos y beneficios al considerar el uso de estos medicamentos. Cuando se trata de controlar el riesgo de cáncer de próstata, ¿cómo pueden los pacientes elegir la opción de tratamiento más adecuada?