Este es el tumor cardíaco más común y generalmente surge en la aurícula derecha o en la orejuela auricular derecha, lo que puede provocar insuficiencia cardíaca derecha, arritmias, derrame pericárdico y taponamiento cardíaco.
Los signos clínicos en los perros a menudo están relacionados con la ubicación del origen del tumor o la metástasis. La mayoría de los pacientes experimentan un colapso agudo debido a una ruptura repentina del tumor primario o sus metástasis. Los síntomas clínicos comunes incluyen pérdida de apetito, arritmia, pérdida de peso, debilidad, somnolencia y anemia, e incluso pueden provocar muerte súbita.
Las perras esterilizadas tienen un riesgo cinco veces mayor de desarrollar angiosarcoma cardíaco en comparación con las perras intactas, según un estudio retrospectivo, aunque la validez de este hallazgo es controvertida.
Por lo general, se requiere una biopsia y un examen histológico para confirmar el diagnóstico de angiosarcoma; los resultados del examen de aspiración con aguja fina a menudo no son concluyentes. La biopsia quirúrgica es el método diagnóstico típico en medicina veterinaria debido a la frecuente contaminación de la sangre y al escaso desprendimiento de células. Los exámenes de imágenes, incluida la ecografía, la tomografía computarizada y la resonancia magnética, son útiles para detectar lesiones.
Opciones de tratamientoEl tratamiento del angiosarcoma incluye quimioterapia y, cuando sea posible, la extirpación del tumor y de los órganos afectados, como la esplenectomía. La supervivencia promedio con esplenectomía sola es de 1 a 3 meses, pero puede prolongarse cuando se combina con quimioterapia. Estudios recientes también han descubierto que los extractos de ciertos hongos tienen un efecto positivo en algunos perros. Aun así, algunos estudios sugieren que no es tan efectivo como se esperaba.
¿Por qué no se pudo descubrir a tiempo?Aunque ha habido algunos avances terapéuticos, las vacunas e inmunoterapias para el angiosarcoma aún están en desarrollo y esperan una mayor validación y popularización.
La naturaleza insidiosa del angiosarcoma hace que sea extremadamente difícil diagnosticarlo en sus primeras etapas. Muchos perros ni siquiera mostrarán síntomas notables hasta que el tumor sea lo suficientemente grande como para poner en peligro su vida. Esto refleja la necesidad de que los propietarios presten más atención a mejorar la salud de sus perros y la necesidad de buscar tratamiento médico temprano.
En el futuro, vale la pena reflexionar sobre cómo identificar y tratar mejor a este asesino invisible.