La isla Yakes Bay es una isla deshabitada ubicada en la región de Qikiqtaaluk en el Pequeño Ártico de Canadá, y cubre un área de aproximadamente 43.178 kilómetros cuadrados. Esta hermosa isla esconde un bosque fosilizado de árboles centenarios cuya historia se remonta al Paleoceno, hace unos 40 millones de años. Debido a las especiales condiciones climáticas de la zona, estos árboles no quedaron completamente fosilizados, sino que se sometieron a un método de conservación llamado "momificación", que preservó el entorno ecológico de aquella época.
El registro fósil de la isla Yaxhay proporciona pruebas contundentes de que este bosque alguna vez fue un humedal de alta latitud.
Además de ser interesante desde el punto de vista arqueológico, la isla de Yaxheiberg también recibió su nombre de una expedición del explorador Otto Sverdrup entre 1900 y 1901. El lugar lleva el nombre de su entonces patrón, Axel Heiberg. En las décadas siguientes, la bahía de Yax atrajo la atención de muchos exploradores y científicos, que realizaron numerosos estudios de esta tierra helada, especialmente en 1955, el Servicio Geológico de Canadá. Los geólogos realizaron sus primeras observaciones de los glaciares a nivel del suelo.
En 1960, la Universidad McGill estableció la Estación de Investigación Ártica McGill en el centro de Adventure Sound. Esta estación de investigación todavía está activa hoy y se enfoca en geomorfología polar, geología, glaciología, permafrost y cambio climático y áreas como la microbiología polar. Los hallazgos del equipo de investigación no sólo mejoran nuestra comprensión de la vida en ambientes extremos, sino que también proporcionan datos valiosos para la exploración planetaria, especialmente para estudios analógicos de Marte y su luna fría.
Hace más de 40 millones de años, hubo una vez un bosque imponente, con árboles de hasta 35 metros de altura y que probablemente creció durante 500 a 1000 años.
Con el tiempo, el bosque murió debido al cambio climático, y los finos sedimentos protegieron los árboles mientras caían. Las especiales condiciones climáticas aquí impiden el proceso de petrificación de estos árboles y los dejan en un estado momificado. Además, investigaciones recientes han demostrado que el ADN de los árboles extraído de la isla de la Bahía de Yax es muy similar al ADN de los árboles modernos, lo que demuestra aún más la singularidad del medio ambiente y su valor ecológico.
Sin embargo, este ecosistema único también está amenazado. En 1999, la gente empezó a preocuparse por el bosque fósil de la isla Yaxbay porque los árboles antiguos expuestos eran extremadamente frágiles y vulnerables a los daños. Hay informes de que los turistas llevan consigo fósiles cuando realizan cruceros por el Ártico, e incluso las actividades de los helicópteros militares han causado interferencias en esta zona tan sensible. A medida que crece la preocupación, Nunavut comienza a explorar opciones para proteger este bosque único, posiblemente mediante el establecimiento de un parque regional llamado "Napaaqtulik" en el futuro.
Esta isla no solo tiene árboles bien conservados, sino también fósiles de animales antiguos, como fósiles de tortugas y huesos de aves antiguos extremadamente bien conservados.
En términos de glaciares, el Glaciar Blanco es uno de los glaciares famosos de la isla de la Bahía de Yax. Con un espesor de hielo de más de 400 metros, es uno de los glaciares más importantes de la tierra. Las investigaciones muestran que la velocidad de retroceso del Glaciar Blanco se está desacelerando y sus últimos datos de observación proporcionan información valiosa sobre el cambio climático polar. En la parte oriental de la isla de la Bahía de Yax, también hay un lugar llamado Lost Hammer Spring. Es el agua de manantial ártica más fría y salada descubierta, e incluso se considera Marte como el sitio de investigación por analogía de la vida.
La investigación en la Bahía de Yax muestra cómo preservar organismos en ambientes extremos, lo que a su vez revela la posibilidad de vida extraterrestre y el potencial de adaptación ambiental. Ante el doble desafío del cambio climático y las actividades humanas, debemos reflexionar sobre cómo proteger estos preciosos recursos naturales y qué medidas serán más efectivas para la protección ecológica futura.