Apis cerana, también conocida como abeja melífera oriental o abeja melífera asiática, es un insecto muy social nativo del sur, sudeste y este de Asia. La estructura del nido de esta abeja es una maravilla biológica que ha atraído la atención mundial. Sus nidos no sólo son lugares adecuados para vivir y reproducirse, sino que también muestran sorprendentes técnicas de construcción y capacidades de control térmico, que han despertado el interés de innumerables investigadores.
Los nidos de Apis cerana suelen estar formados por múltiples celdas, que se caracterizan por tener pequeñas entradas hechas de tela bucal, probablemente para evitar la intrusión.
Los nidos de Apis cerana tienen una estructura vertical única hecha de cera secretada por las abejas obreras. Estos nidos están bien aislados y pueden mantener eficazmente la temperatura interna, lo cual es crucial para la reproducción de las abejas y el almacenamiento de alimentos. Para hacer frente a este duro entorno, Apis cerana necesita almacenar aproximadamente un tercio de su néctar cada año para sobrevivir el invierno.
Estos nidos pueden comenzar con sólo unas 20.000 celdas, pero con el tiempo pueden crecer hasta tener hasta 100.000 celdas, proporcionando alojamiento y espacio de reproducción para toda la colonia.
En respuesta a los desafíos del cambio climático, los nidos de Apis cerana son capaces de regular con precisión su temperatura interna, de manera similar a la abeja melífera occidental, Apis mellifera. Pueden mantener una temperatura estable de 33 a 35,5 grados en un ambiente de 12 a 36 grados. Especialmente en el verano caluroso, las abejas obreras mantienen un ambiente adecuado dentro del nido reuniéndose afuera y batiendo sus alas para lograr un enfriamiento por evaporación.
Al encontrarse con otros grandes depredadores como el avispón gigante japonés, Apis cerana demuestra sus extraordinarias capacidades defensivas. Pueden agruparse y utilizar vibraciones para elevar la temperatura a su alrededor, e incluso pueden derrotar a los invasores.
La estructura social de Apis cerana incluye la abeja reina, las abejas obreras y los zánganos. Las abejas obreras tienen varias funciones, entre ellas lamer la miel, buscar agua, alimentar a las larvas y limpiar el nido. Un fenómeno común es que las abejas obreras adoptan un comportamiento de "guardia obrera" entre ellas, por lo que rara vez activan sus propios ovarios, porque las feromonas liberadas por la abeja reina inhiben el comportamiento reproductivo de las abejas obreras.
Las abejas obreras utilizan el "baile de meneo" para comunicar la procedencia del néctar o del polen. Esto no sólo es un medio importante de transmisión de información entre abejas, sino también una manifestación de su cooperación social.
Durante el proceso de reproducción de Apis cerana, la abeja reina suele aparearse con hasta diez abejas macho para mejorar la diversidad genética. Cuando llega la temporada de reproducción, estas abejas forman nuevas colonias y exploran nuevos sitios adecuados para anidar. Durante el proceso, las abejas que las exploran utilizan la danza para informar a sus compañeras de los lugares favorables para anidar. Este comportamiento demuestra el alto grado de cooperación y sociabilidad de las abejas.
A través de su estructura de anidación, regulación térmica y comportamiento social, Apis cerana juega un papel vital en los ecosistemas vibrantes. Su estilo de vida no sólo es interesante, sino que también proporciona información valiosa para comprender la evolución de los insectos sociales. En el futuro, ¿podrán estas pequeñas abejas seguir sobreviviendo en nuestro ecosistema o qué desafíos enfrentarán?