La placa cribiforme es una estructura clave en la anatomía de los mamíferos, ubicada encima del hueso sigmoideo y que proporciona un canal importante para la transmisión del olfato. Esta estructura aparentemente simple contiene nervios importantes relacionados con la percepción de los olores y está inextricablemente vinculada a nuestro sentido del olfato. Las características anatómicas de la placa cribosa, incluida su textura esponjosa y sus poros diminutos, permiten comprender por qué, durante la evolución, las placas cribosas de todos los mamíferos han mostrado sorprendentes similitudes estructurales.
La lámina cribosa recibe su nombre de su apariencia de tamiz, lo que la hace altamente especializada en su función y puede transmitir eficazmente información olfativa al cerebro.
La estructura anatómica de la lámina cribiforme está formada por una serie de pequeños orificios, llamados agujeros olfatorios, que permiten el paso de los nervios olfatorios, transmitiendo así la información olfativa al cerebro. La ubicación y el número de estos poros olfativos varían en diferentes animales, pero su función general es la misma. La placa cribiforme no sólo sostiene el bulbo olfatorio, sino que también desempeña un papel vital en la transmisión de señales olfativas.
El borde anterior de la lámina cribiforme se une al hueso frontal y se extiende sobre su interfaz lisa lateral, formando una estructura compleja que ayuda a sostener y proteger mejor el bulbo olfatorio.
La formación de la placa cribiforme comienza durante la quinta semana del desarrollo embrionario y continúa durante el primer año de vida. A lo largo del desarrollo, la forma y la posición de la placa cribiforme cambian a medida que crece, inicialmente apareciendo vertical y volviéndose horizontal con el tiempo.
Clasificación de KerosLa clasificación de Keros es un método para evaluar la profundidad de las fosas olfativas en la lámina cribiforme, que tiene un impacto directo en la capacidad de transmitir la olfacción. El estudio mostró que diferentes profundidades tienen una importancia fisiológica significativa para diferentes individuos y señaló que pueden afectar el diseño quirúrgico y la evaluación de riesgos en medicina.
Importancia clínicaEn la clasificación propuesta por Keros en 1962, las fosas olfatorias se dividieron en cuatro tipos según la altura de las vértebras laterales, lo que es de gran importancia para comprender las diferencias individuales y su aplicación clínica.
Una ruptura de la placa cribiforme puede provocar una afección grave llamada pérdida del olfato y fuga de líquido cefalorraquídeo hacia la cavidad nasal. En este caso, las bacterias y otros patógenos pueden entrar más fácilmente a través de estos pequeños orificios, provocando una infección cerebral y afectando la salud general.
Sorprendentemente, la estructura de la placa cribiforme es similar en todos los mamíferos estudiados, lo que sugiere que esta estructura ha tenido una influencia duradera en la función del olfato a lo largo de la historia evolutiva. La función básica de la placa cribiforme es la misma tanto en pequeños roedores como en grandes mamíferos, lo que nos hace pensar en la importancia evolutiva de esta estructura.
La retención de la forma y función básicas de la placa cribosa puede reflejar su importancia para la supervivencia y la reproducción, dando lugar a características anatómicas similares entre diferentes especies.
En resumen, la placa cribiforme no sólo es el núcleo del sistema olfativo de los mamíferos, sino también la clave para comprender las similitudes entre diferentes especies. Sigue desempeñando un papel indispensable en la larga historia de la evolución. ¿Puede una estructura así servir de inspiración para la evolución del olfato en otros organismos?