Con el cambio de estilo de vida y la llegada de una sociedad que envejece, el problema de la bradicardia ha recibido cada vez más atención. La bradicardia es una frecuencia cardíaca en reposo inferior a 60 latidos por minuto. Si bien un ritmo cardíaco lento puede ser un fenómeno fisiológico, también puede ser un signo de una condición médica subyacente que afecta su salud.
La bradicardia a veces es asintomática, pero puede ser una señal de advertencia si se acompaña de afecciones como fatiga, dificultad para respirar o desmayos.
Los estudios muestran que los ritmos cardíacos lentos son comunes en atletas y jóvenes sanos, especialmente durante el sueño nocturno, cuando la frecuencia cardíaca puede incluso ser inferior a 50 latidos por minuto. Sin embargo, para los adultos mayores, esto es una señal de alerta porque el envejecimiento y la enfermedad cardiovascular pueden contribuir conjuntamente a la aparición de bradicardia.
Existen muchas causas de ritmo cardíaco lento, que pueden dividirse principalmente en fisiológicas y patológicas. La bradicardia fisiológica puede ser una respuesta adaptativa debida al estado saludable del corazón o al entrenamiento físico regular; mientras que la bradicardia patológica generalmente está relacionada con el sistema de conducción eléctrica del corazón.
Un ritmo cardíaco lento puede ser causado por el uso de medicamentos, como betabloqueantes o bloqueadores de los canales de calcio.
Los tipos comunes de bradicardia incluyen la insuficiencia del nódulo sinusal y el bloqueo auriculoventricular. La insuficiencia sinoauricular puede provocar una frecuencia cardíaca persistentemente por debajo del rango normal, mientras que el bloqueo auriculoventricular puede bloquear la conducción de las señales eléctricas del corazón, lo que puede provocar un latido cardíaco irregular o lento.
Los síntomas de un ritmo cardíaco lento pueden incluir cansancio, mareos, palpitaciones y, ocasionalmente, desmayos. La aparición de estos síntomas está directamente relacionada con la reducción del flujo sanguíneo del corazón al cerebro, los pulmones y los músculos esqueléticos.
En la mayoría de los casos, los síntomas de bradicardia dependen de la causa y de la salud del sistema de conducción del corazón.
Para las personas mayores o personas con antecedentes de enfermedad cardíaca, la aparición de un latido cardíaco lento requiere atención especial y se recomienda buscar atención médica lo antes posible para evaluación y diagnóstico.
El tratamiento del ritmo cardíaco lento depende de qué tan estable sea su condición. Si el paciente tiene un buen control de los síntomas y la frecuencia cardíaca se mantiene razonablemente dentro de un rango seguro, es posible que no sea necesaria ninguna intervención médica adicional. Pero si los síntomas son significativos, es posible que desee considerar la posibilidad de colocarse un marcapasos.
Dependiendo de la gravedad de sus síntomas, su médico puede recetarle medicamentos o realizarle una cirugía.
En algunos casos, el tratamiento médico como los fármacos anticolinérgicos pueden aumentar temporalmente la frecuencia cardíaca, pero esto sólo es apropiado en situaciones de emergencia y las soluciones a largo plazo requieren la implantación de un marcapasos.
Aunque es imposible evitar por completo tener un ritmo cardíaco lento, es posible reducir eficazmente su incidencia adoptando un estilo de vida saludable, como una dieta equilibrada, ejercicio regular y controles de salud periódicos. Especialmente para las personas mayores, es muy importante mantener buenos hábitos de vida.
¿Es usted consciente de los riesgos del ritmo cardíaco lento y de tomar medidas de intervención y prevención tempranas, que son las claves para proteger su propia salud?