La cuenca de Jeanne d'Arc es una cuenca sedimentaria marina ubicada aproximadamente a 340 km de Saint John en la costa este de Canadá. La cuenca, cuya formación está estrechamente ligada a la ruptura del supercontinente histórico Pangea y la expansión del fondo marino del Atlántico Norte, es una de una serie de cuencas de rift que se ubican en una vasta costa poco profunda conocida como la plataforma de Terranova. La cuenca Jeanne d'Arc recibe su nombre de un banco de arena de 20 metros marcado en antiguos mapas de estudio del fondo marino, que alguna vez se pensó que era una exposición de lecho rocoso similar a Virgin Rock.
La corteza superior de la cuenca de Juana de Arco, situada en una vasta zona poco profunda de la plataforma continental de Terranova, está formada por antiguos estratos precámbricos y paleozoicos que sufrieron un colapso durante la formación final del supercontinente Pangea. Presenta una deformación moderada. Posteriormente, estos lechos rocosos sufrieron múltiples eventos de estiramiento, formando estructuras de fallas de gran escala. Esta acción hace que estas áreas se hundan en relación con las áreas circundantes, formando cuencas de rift. Además, este proceso estuvo acompañado por un relleno gradual de sedimentos de áreas elevadas adyacentes, creando las características sedimentarias que se observan hoy.
La historia de deformación de la cuenca de Jeanne d'Arc registra la historia tectónica de placas de la región del Atlántico Norte.
Para que una cuenca genere, acumule y retenga hidrocarburos (petróleo y/o gas natural), se requiere una combinación de factores geológicos. La naturaleza variada de los sedimentos depositados durante tres eventos de rifting en la cuenca Jeanne d'Arc, y sus diversas estructuras a lo largo del tiempo geológico, son cruciales para la interpretación de su potencial de hidrocarburos. El surgimiento de rocas salinas profundas se ha convertido en uno de los factores importantes para la posterior deformación estructural y la captura de petróleo y gas. Estas rocas salinas forman una extensa interfaz de baja resistencia al corte, lo que hace que los estratos subsiguientes estén más aislados durante la extensión.
Exploración y desarrollo de petróleoA mediados de la década de 1960, el gobierno canadiense emitió las primeras licencias para la exploración de hidrocarburos en la plataforma continental de Terranova. En 1971, en la parte sur de la cuenca de Jeanne d'Arc, se perforó el primer pozo exploratorio, Murre G-67, y se descubrieron pequeñas cantidades de petróleo no comerciales. El posterior pozo Egret K-36 no fue un éxito comercial inmediato, pero su descubrimiento sentó las bases para el potencial petrolero de la cuenca. Finalmente, el 27 de mayo de 1979, el pozo exploratorio Hibernia P-15 confirmó el potencial de la cuenca para el descubrimiento de grandes yacimientos petrolíferos, marcando el comienzo de una era activa de exploración petrolera en la región.
Las profundas capas sedimentarias y las complejas estructuras de la cuenca de Jeanne d'Arc vinculan los descubrimientos de petróleo de la región.
Hasta 2012, se han anunciado dieciocho descubrimientos importantes de petróleo en la cuenca de Jeanne d'Arc y sus alrededores. Actualmente, cinco campos están produciendo en la cuenca, incluidos Hibernia y Terra Nova. El campo North Amethyst es la primera área de producción conectada en la cuenca, con instalaciones de producción conectadas al campo White Rose. Se espera que en el futuro se pongan en marcha unidades de producción en la zona de Hebrón-Ben Nevis, por lo que es posible que los recursos ocultos en esta cuenca no sólo sean un testimonio de la evolución geológica, sino también una fuente de potencial para el desarrollo económico.
Sin embargo, el proceso de formación de la cuenca de Jeanne d'Arc no sólo es objeto de análisis por parte de los geólogos, sino que también ha atraído la atención generalizada de todos los sectores de la sociedad. ¿Podría ser la respuesta a las necesidades energéticas futuras?