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¿Los perros también se contagian de parásitos? ¡Explorando el misterioso patógeno que causa la leishmaniasis canina!
En la percepción popular, los perros son un símbolo importante de los amigos humanos y no deben asociarse con enfermedades. Sin embargo, con el desarrollo de la ciencia, poco a poco hemos ido desvelando el misterio de la salud canina, y la Leishmaniasis canina (Leishmaniasis canina) ha atraído especial atención. Es una enfermedad zoonótica causada por Leishmania y generalmente se transmite a través de la picadura de un mosquito langosta infectado. Esta condición hace que la gente se pregunte: ¿qué tan profunda es la conexión de salud entre perros y humanos?
Los perros también pueden desarrollar leishmaniasis, una afección que se ha vuelto cada vez más común en los Estados Unidos y otros lugares, especialmente en las últimas décadas.
¿Qué es la leishmaniasis canina?
La leishmaniasis canina se descubrió por primera vez en Europa en 1903. En 1940, el 40% de los perros en Roma dieron positivo, una estadística que sin duda despertó la alarma de la gente. En el pasado se creía que la enfermedad se encontraba principalmente en las zonas costeras del Mediterráneo, pero una investigación realizada en 2008 mostró que el alcance de la enfermedad se está expandiendo, especialmente en la zona climática interior del noroeste de Italia.
A partir del año 2000, también comenzaron a aparecer casos de leishmaniasis en América del Norte. Hasta 2008, se han reportado perros positivos en 22 estados de EE. UU. y dos provincias canadienses. Esto hace que la gente se preocupe más por la salud de los perros y por la prevención y control de enfermedades infecciosas.
Síntomas de la leishmaniasis
Los síntomas de la leishmaniasis canina se dividen en tipos cutáneos y viscerales. Los perros con el tipo cutáneo solo experimentarán síntomas como pérdida de cabello, lesiones cutáneas y úlceras, mientras que los perros con el tipo visceral experimentarán síntomas como sangrado, insuficiencia renal, anemia y pérdida de apetito. Según las investigaciones, determinadas razas de perros, como el raposero y el mastín napolitano, son más susceptibles a las infecciones, lo que hace que las personas deban prestar especial atención a la hora de prevenirlas y detectarlas.
Fuentes y vías de transmisión del virus
Existen múltiples cepas y subcepas de Leishmania, y la principal vía de transmisión es a través de las picaduras de mosquitos langosta infectados. Sin embargo, las investigaciones de los últimos años han demostrado que también puede producirse la transmisión directa entre perros, como a través de la sangre y otras secreciones, especialmente si está asociada con el embarazo.
Aunque no ha habido informes de transmisión directa de perros a humanos, los perros siguen siendo el principal reservorio de L. infantum, lo que supone un cierto riesgo potencial para la salud pública.
Diagnóstico y pruebas
En los Estados Unidos, algunos clubes de razas recomiendan encarecidamente que los perros de zonas endémicas se sometan a pruebas de detección de Leishmania para garantizar su salud. Actualmente, los métodos de diagnóstico disponibles incluyen la tecnología de amplificación de ADN y el ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas (ELISA), que tienen alta sensibilidad y especificidad.
Medidas preventivas y vacunas
En áreas donde se sabe que se transmiten los flebotomos, el uso de collares que contengan deltametrina en los perros puede prevenir eficazmente la infección por Leishmania. En cuanto a las vacunas, Brasil lanzó la vacuna Leshmune contra L. donovani, que demostró un efecto protector del 87% en ensayos clínicos. Sin embargo, con el uso de vacunas, es inevitable que sea difícil distinguir entre perros infectados y perros asintomáticos, lo que también hace que el uso de vacunas enfrente desafíos.
Estado actual del tratamiento
Actualmente no existe cura para la leishmaniasis canina, pero las instituciones veterinarias de todo el mundo ofrecen una variedad de opciones de tratamiento. Dependiendo de la cepa de infección y los síntomas del perro, los tratamientos comunes incluyen anfotericina B, miltefosina y alopurinol. Según las investigaciones, muchos perros pueden permanecer sin síntomas durante muchos años durante el tratamiento, lo que plantea una pregunta clave: ¿cómo se puede gestionar y mantener mejor la salud canina?
Dirección futura de la investigación
Un equipo de investigación en Maryland, EE. UU., continúa explorando la infección por Leishmania en raposeros y mastines napolitanos, y planea continuar con investigaciones relevantes en 2011. El objetivo es detectar la presencia de ADN de Leishmania para contribuir a la comprensión y la investigación futuras de la leishmaniasis humana.
La investigación intensiva sobre la leishmaniasis canina está proporcionando una comprensión más clara de su impacto potencial en perros y humanos. Ante un entorno cambiante, ¿las cuestiones de salud canina se convertirán en un nuevo desafío para la gestión de la salud pública en el futuro?
