En nuestra sociedad, la percepción y comprensión del dolor de los demás es una capacidad psicológica con un significado profundo.Esta habilidad se llama triste resonancia, que nos permite sentir el estado emocional y las dificultades de los demás cuando se encuentran con dolor.Sin embargo, ¿cómo funciona esta dolorosa resonancia en el cerebro?Los científicos han realizado una investigación en profundidad sobre el papel del cerebro en el proceso de simpatía y resonancia para revelar este fenómeno misterioso.
La resonancia dolorosa es un tipo especial de compasión que implica identificar y comprender el dolor que otros sufren.
El estudio encontró que cuando las personas observan el dolor de otras personas, se activan los circuitos nerviosos de dolor en sus cerebros.Este fenómeno puede promover a las personas para ayudar a los heridos y evitar posibles problemas de daños.Desde una perspectiva evolutiva, la resonancia dolorosa es beneficiosa para la supervivencia de los grupos humanos, lo que lleva a las personas no lesionadas a cuidar y ayudar a los heridos.
Las áreas de resonancia más baja del cerebro, como la corteza prefrontal ventral y la corteza parietal inferior, juegan un papel clave en la percepción del estado emocional.La actividad de estas áreas permite al perceptor desarrollar percepciones del dolor de los demás, lo que desencadena respuestas resonantes.
Las expresiones faciales dolorosas son una forma efectiva de comunicarse dolorosamente.Un estudio mostró que cuando los sujetos observaron expresiones faciales dolorosas, la actividad de sus lóbulos prefrontales ventrales aumentó significativamente en diferentes expresiones emocionales, lo que hizo que las personas fueran más sensibles al dolor.
Varias áreas en el cerebro están asociadas con el procesamiento del dolor y la resonancia del dolor, que se denominan colectivamente la "matriz del dolor".La investigación sobre imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) muestra que cuando una persona experimenta dolor, se activan las áreas relevantes de su cerebro.
La experiencia del dolor de primera mano puede activar áreas como la corteza sensorímorímoral contrastal, la corteza sensoriomal secundaria bilateral.
Incluso al observar las lesiones de otros, se activan áreas como el lóbulo prefrontal ventral y la corteza cingulada anterior ventral.Esto sugiere que cuando vemos a otros heridos, estas áreas desempeñarán un papel en las respuestas emocionales sin tener en cuenta la percepción física del dolor.
Actualmente no hay consenso sobre el papel específico de la matriz del dolor en la resonancia dolorosa.Algunos estudios han demostrado que diferentes regiones de la matriz del dolor responden de manera diferente al dolor.Algunos estudios cuestionan si la resonancia dolorosa solo se asocia con ciertas partes de la matriz, especialmente componentes emocionalmente correspondientes, como el lóbulo prefrontal ventral y la corteza cingulada anterior ventral.
Se puede utilizar una variedad de técnicas para estudiar resonancia dolorosa, incluida la estimulación magnetocerebral, la electroencefalografía (EEG) y la estimulación magnética transcraneal (TMS).Estos métodos ayudan a revelar el papel de diferentes regiones cerebrales en el proceso de resonancia dolorosa.
La estimulación magnética transkull ayuda a estimular la corteza motora del observador, lo que a su vez mejora la excitabilidad cortical asociada con la resonancia motora de otras personas.
El electrograma registra la inhibición del ritmo de MU en el músculo cuando el sujeto observa que otros experimentan dolor.Esto significa que en resonancia dolorosa, se suprime la actividad de la corteza de acción, lo que afecta aún más la intensidad de la respuesta emocional.
En algunos casos, la capacidad de un individuo para resonar con el dolor de los demás puede verse afectada, como el autismo, la esquizofrenia, etc.A los pacientes con estas afecciones a menudo les resulta difícil reconocer las emociones y, por lo tanto, no pueden entender los verdaderos sentimientos del dolor de los demás.Esto se ha fortalecido aún más por el estudio, que también se ha cambiado en la estructura cerebral de los pacientes con esquizofrenia.
Las diferencias culturales juegan un papel importante en la resonancia dolorosa, y las personas de diferentes culturas pueden responder de manera diferente al dolor de los demás.
Para los médicos, con frecuencia se ponen en contacto con el dolor durante el proceso médico, y necesitan ajustar sus respuestas emocionales para mantener la comodidad del paciente.Aunque la resonancia dolorosa puede motivar a las personas a ayudar a otros, la exposición repetida al dolor puede causar angustia emocional.Un estudio muestra que cuando los médicos observan estímulos dolorosos, ciertas áreas reguladoras en el cerebro estarán activas primero sin una respuesta relacionada con la resonancia del dolor.
En resumen, nuestras habilidades de resonancia funcionan de maneras complejas en el cerebro para el dolor de los demás.Si podemos comprender efectivamente el dolor que otros experimentan, depende de estas operaciones sofisticadas en nuestros cerebros, y también pueden estar influenciados por la cultura, el estatus social y el auto reconocimiento.En este contexto, ¿podemos entender y mejorar nuestra percepción y respuesta al dolor de otras personas?