Los meningiomas suelen ser tumores de crecimiento lento que se originan en las meninges que rodean el cerebro y la médula espinal. Es posible que muchos pacientes no experimenten ningún síntoma en las primeras etapas. Sin embargo, si el tumor comprime el tejido circundante, pueden aparecer síntomas como convulsiones, demencia, dificultades del habla o debilidad unilateral de las extremidades. Los factores de riesgo incluyen antecedentes de radioterapia, antecedentes médicos familiares y neurofibromatosis tipo 2. El diagnóstico de meningioma generalmente se basa en imágenes médicas y es posible que los tumores asintomáticos solo requieran un seguimiento regular.
"La formación de meningiomas está relacionada con el entrelazamiento de múltiples factores, especialmente la influencia de factores genéticos y ambientales."
Los meningiomas se dividen clínicamente en tres tipos: benignos, atípicos y malignos. La gran mayoría (alrededor del 92%) son benignos y sólo el 8% son atípicos o malignos. Se desconoce la causa exacta de estos tumores; la mayoría de los casos son esporádicos y algunos son familiares. Las personas que reciben radioterapia, especialmente en el cuero cabelludo, tienen un mayor riesgo de sufrir meningiomas.
"Las personas que han estado expuestas a la radiación nuclear, como los supervivientes de la bomba atómica en Hiroshima, tienen una mayor incidencia de meningiomas que la población general."
Los síntomas de los meningiomas varían según el tamaño y la ubicación del tumor. Los tumores pequeños a menudo se descubren incidentalmente durante la autopsia sin causar síntomas. Los tumores más grandes pueden causar dolores de cabeza, visión borrosa, visión doble y otros síntomas neurológicos. El diagnóstico generalmente se realiza mediante tomografía computarizada o resonancia magnética con contraste, que son pruebas de imágenes que muestran con precisión la presencia de tumores.
Los antecedentes genéticos de los meningiomas también han recibido atención científica. Entre ellos, los pacientes con neurofibromatosis tienen un 50% de posibilidades de desarrollar meningiomas. La mutación genética más común en los meningiomas ocurre en el gen de la neurofibromatosis tipo 2.
"Aproximadamente el 80% de los meningiomas se consideran benignos, mientras que aproximadamente el 8% se clasifican como malignos o atípicos."
Si bien los meningiomas no se pueden evitar por completo, mantener un peso saludable y evitar radiografías dentales innecesarias puede reducir el riesgo. La cirugía es el tratamiento principal para los meningiomas con síntomas evidentes y la cirugía temprana a menudo puede conducir a un buen pronóstico.
El desarrollo de meningiomas es el resultado de la interacción de factores genéticos y ambientales. Una investigación más profunda en el futuro ayudará a desentrañar el misterio de sus causas. Esto también nos lleva a reflexionar sobre cómo podemos prevenir y combatir mejor esta enfermedad a medida que avanza la tecnología.