Con el desarrollo del sistema legal, los casos penales y los litigios civiles se han convertido en dos tipos básicos de procedimientos legales. Ante las diferentes normas de cobro y procedimientos legales, los límites entre ambos son cada vez más claros. Comprender esto no sólo es crucial para los profesionales del derecho, sino que también ayuda a los ciudadanos comunes y corrientes a tomar decisiones informadas cuando se enfrentan a problemas legales.
Los procedimientos penales implican el proceso judicial conforme al derecho penal, que generalmente comienza con cargos formales en un caso y culmina con la condena o absolución del acusado.
En la mayoría de las democracias, los procedimientos penales imponen al fiscal la carga de la prueba al demostrar la culpabilidad del acusado, un estándar conocido como "más allá de toda duda razonable". Este principio no sólo protege los derechos básicos del acusado, sino que también es uno de los núcleos de la literatura sobre derechos humanos.
En casos penales, el acusado debe ser informado de los cargos específicos por los que es arrestado y tiene derecho a comparecer ante un funcionario judicial dentro de un tiempo razonable después del arresto.
En comparación con los litigios penales, los litigios civiles son principalmente una disputa legal entre individuos. En un litigio civil ordinario, un demandante debe probar su reclamo mediante un estándar de "equilibrio de pruebas", que cambia la evaluación del caso de una sentencia de prisión por el delito a una cuestión de compensación monetaria.
Por ejemplo, los tribunales penales del Reino Unido pueden obligar a un acusado condenado a pagar una multa como castigo al Estado, pero no exigirán que el acusado compense a la víctima por sus pérdidas.
Esto permite a las víctimas civiles seguir presentando cargos civiles separados para obtener una compensación cuando enfrentan cargos penales. En los casos penales, incluso si el acusado es declarado inocente, la víctima aún puede solicitar una indemnización en un tribunal civil.
En los Estados Unidos, un caso penal contra un acusado a menudo se denomina "Estados Unidos contra el demandado", mientras que un caso civil puede ser "Defendado contra el demandante".
También existen importantes diferencias procesales entre los distintos sistemas jurídicos (como el derecho consuetudinario y el derecho civil). El sistema de derecho consuetudinario enfatiza el debate contradictorio, mientras que el sistema de derecho civil favorece un proceso de investigación dirigido por funcionarios. Esto deja a cada sistema con diferentes opiniones y percepciones sobre cómo protege los derechos de los acusados.
La mayoría de las jurisdicciones de derecho civil siguen un proceso de juicio en el que el juez lleva a cabo una investigación activa, mientras que en los países de derecho consuetudinario se hace hincapié en que la fiscalía y la defensa preparen sus propios argumentos.
Para los profesionales del derecho, es crucial comprender estas diferencias, porque las diferencias entre los procedimientos penales y civiles no solo afectan la elección de estrategias de litigio, sino también la asignación razonable de los recursos judiciales. Comprender los procesos básicos de estos dos tipos de litigios y los principios legales involucrados puede garantizar que los derechos e intereses de uno puedan protegerse efectivamente en diferentes procedimientos judiciales.
Los dos procedimientos difieren no sólo jurídicamente, sino que también reflejan diferentes valores a nivel social y moral. Muchos cuestionan si el juicio está diseñado para proteger adecuadamente a los inocentes, que es otra cuestión que vale la pena explorar en profundidad.
Después de todo, dentro del marco legal, ¿podemos encontrar un método de litigio que tenga en cuenta la justicia y la equidad?