El sistema financiero mundial enfrenta hoy múltiples desafíos, entre los cuales el problema del sobreendeudamiento es particularmente preocupante. Este fenómeno ocurre cuando una organización (como una empresa, un gobierno o un hogar) enfrenta tanta deuda que no puede pedir prestado fácilmente más dinero, incluso si los nuevos préstamos son para inversiones deseables. En este caso, incluso si el valor actual neto (VAN) de la inversión es positivo, es difícil para la empresa aprovechar la oportunidad porque los accionistas existentes podrían no beneficiarse y los prestamistas podrían no poder proporcionar fondos debido a preocupaciones sobre el fracaso del proyecto.
Las deudas pendientes pueden afectar el funcionamiento normal de las empresas o los bancos e impedirles realizar inversiones deseables.
El problema central del sobreendeudamiento es que los acreedores existentes se quedan con parte de las ganancias, lo que hace que las empresas que enfrentan demasiada deuda se vuelvan reacias a realizar nuevas inversiones. Normalmente, cuando una empresa se enfrenta a este tipo de problemas de deuda, no puede emitir nueva deuda subordinada porque el riesgo de impago es demasiado alto. Además, los accionistas se mostraban reacios a emitir nuevas acciones porque ello significaba que tendrían que soportar parte de las pérdidas que de otro modo habrían soportado los acreedores subalternos.
Las empresas se niegan a financiar proyectos con VPN positivos, lo que genera un círculo vicioso de liquidez.
La reorganización por quiebra (como el Capítulo 11 en los Estados Unidos) puede resolver los problemas de sobreendeudamiento de algunas empresas. Esta reestructuración permite a la empresa reducir sus niveles de deuda y que nuevos accionistas puedan participar de los beneficios de las nuevas inversiones, impulsando así nuevos proyectos. Sin embargo, esto también significa reconocer circunstancias financieras previas, un proceso particularmente difícil para las instituciones que ya no pueden pagar sus deudas.
La crisis de la deuda mundialCon el estallido de la crisis financiera de 2007-2008, el problema del sobreendeudamiento se hizo cada vez más evidente. Los gobiernos de muchos países han optado por inyectar capital a los bancos para aliviar las restricciones de liquidez. Aun así, estas inyecciones de capital a menudo suponen poco más que la compra de acciones preferentes de nueva emisión, lo que poco ayuda a resolver los problemas de deuda. Las investigaciones muestran que el problema del sobreendeudamiento podría abordarse mejor si el gobierno pudiera comprar acciones comunes o activos en dificultades.
Muchos bancos no estaban dispuestos a aumentar los préstamos después de recibir inyecciones de capital, lo que dio lugar a que los fondos no fluyeran al mercado como se esperaba.Conclusión
En general, el problema del sobreendeudamiento no sólo afecta a empresas individuales, sino que también puede tener reacciones en cadena generalizadas en la economía nacional y mundial. Esto hace que sea imperativo que los responsables políticos encuentren soluciones eficaces para prevenir futuras crisis financieras. ¿Cómo cambiará el panorama económico futuro a medida que se resuelva o se agrave el problema del sobreendeudamiento?