La fase geométrica (también conocida como fase Bacharanum-Berry) es un concepto crucial tanto en la mecánica clásica como en la cuántica. La fase es una diferencia de fase que se obtiene cuando un sistema experimenta un proceso adiabático periódico. Este fenómeno fue descubierto por primera vez de forma independiente en óptica clásica por S. Pancharatnam en 1956, luego aplicado a la física molecular por H. C. Longuet-Higgins en 1958 y generalizado por Michael Berry en 1984. La fase geométrica tiene una amplia gama de aplicaciones, especialmente en fibras ópticas, donde crea muchos efectos sorprendentes.
En las fibras ópticas, el concepto de fase geométrica está estrechamente relacionado con la polarización de la luz. Cuando la luz polarizada linealmente ingresa a una fibra monomodo, su dirección de viaje y polarización forman una relación única. La trayectoria de la fibra óptica se puede imaginar como la trayectoria del movimiento de la luz, y la dirección de polarización de la luz cambiará en este proceso a medida que cambia la forma de la fibra óptica, lo que implica un cambio en la fase geométrica.
A medida que la fibra óptica gira a lo largo de una trayectoria determinada, el vector de momento de la luz cambia, lo que hace que su polarización experimente un transporte paralelo.
En concreto, la luz siempre mantiene una tangente a la dirección de su momento durante su viaje, y la polarización puede considerarse como un vector perpendicular al momento. A medida que la luz sigue la trayectoria de la fibra óptica, estos movimientos forman una trayectoria cerrada en el espacio de momento. Finalmente, cuando la luz sale de la fibra, el estado de polarización se transforma, lo que da lugar a la generación de la fase geométrica.
Al medir este cambio de fase, los científicos pueden obtener información importante que puede aplicarse posteriormente en la tecnología de comunicación óptica.
Esta característica de la fibra óptica hace que la transmisión de luz no sólo se limite a transmitir información, sino que también aumenta la eficiencia y la estabilidad de la transmisión. A medida que la luz entra en una fibra y sigue la forma de la fibra, se producen diferencias de fase, lo que significa que las ondas de luz pueden interferir de diferentes maneras en diferentes caminos, creando todo tipo de fenómenos ópticos interesantes.
En muchas aplicaciones, incluidos sensores e instrumentos de metrología, los efectos creados por la fase geométrica pueden proporcionar un soporte de datos extremadamente preciso. Por ejemplo, algunos sensores ópticos altamente sensibles pueden detectar cambios ambientales extremadamente pequeños y analizar y transmitir información a través de mediciones de fase geométrica.
Detrás del éxito de esta tecnología, además de la efectividad de la fase geométrica, también hay influencias complejas de muchos otros factores como las propiedades del material y la distancia de transmisión.
Además de las fibras ópticas, el concepto de fase geométrica es importante en muchos otros sistemas de ondas. Por ejemplo, el movimiento del péndulo de Foucault también exhibe el fenómeno de la fase geométrica. Como el péndulo de Foucault se mueve bajo la influencia de la rotación de la Tierra, su plano de oscilación cambia de posición cada 24 horas, lo que también es una manifestación de la fase geométrica.
Este concepto no se limita al ámbito de la física. Su aplicación se ha extendido a campos como la biomedicina, la ciencia de los materiales e incluso la computación cuántica. Sin duda, es un tema de actualidad en la investigación científica moderna. En este caso, no podemos evitar preguntarnos cómo la tecnología futura y las fases geométricas se influirán entre sí, e incluso ¿cómo cambiarán nuestras vidas?