Las células asesinas naturales (células NK) son células fundamentales para el sistema inmunológico innato, capaces de responder rápidamente a infecciones virales, células tumorales y otros patógenos. A diferencia de otras células inmunitarias, las células NK pueden reconocer y destruir rápidamente las células enfermas en ausencia de anticuerpos, una característica que las hace desempeñar un papel importante en las respuestas inmunitarias.
Las células NK se denominan "asesinas naturales" porque no requieren activación para reconocer las células que carecen de automarcadores, una propiedad que les confiere una capacidad única en el sistema inmunológico.
La mayoría de las células inmunitarias dependen de la presentación del antígeno y del complejo principal de histocompatibilidad I (MHC-I) para reconocer las células infectadas. Sin embargo, las células NK no dependen de estos mecanismos. Las células NK reconocen las células estresadas, especialmente las células tumorales o infectadas por virus que carecen de marcadores MHC-I. Esta propiedad de reconocimiento de "automarcación faltante" simboliza la importancia de las células NK en la vigilancia inmune de los tumores.
Las células NK se derivan de precursores de linfocitos innatos comunes y entran al sistema circulatorio después de la diferenciación y maduración en múltiples órganos como la médula ósea, los ganglios linfáticos y el bazo. El proceso de diferenciación de estas células en el cuerpo humano es muy complejo e implica múltiples señales celulares e influencias ambientales.
Las células NK CD56+ y CD3- tienen marcadores de superficie específicos que les permiten desempeñar funciones especiales en una variedad de respuestas inmunitarias.
Las funciones principales de las células NK incluyen identificar y matar células infectadas y células tumorales. Utilizan proteínas en gránulos citotóxicos, como la perforina, y enzimas, como las granzimas, para desencadenar la apoptosis o muerte celular, formando poros en la membrana celular. Este mecanismo no sólo destruye las células enfermas, sino que también previene una mayor propagación del virus.
Aunque las células NK se consideran principalmente parte del sistema inmunológico innato, estudios recientes han demostrado que pueden exhibir ciertas características de las células inmunes adaptativas, como la capacidad de generar memoria inmune a partir de infecciones pasadas. Esto muestra el valor de aplicación potencial de las células NK en la defensa contra diversos patógenos y el cáncer.
Las células NK no sólo desempeñan un papel importante en la inmunidad innata, sino que también han comenzado a recibir atención en la inmunidad adaptativa. Pueden convertirse en una terapia importante para el tratamiento del cáncer y el VIH.
Las células NK también pueden mediar en la citotoxicidad mediada por células dependiente de anticuerpos (ADCC). Cuando los anticuerpos se unen a antígenos en la superficie de las células enfermas, los receptores CD16 de las células NK pueden reconocer estos anticuerpos, activando así las células NK y liberando partículas letales para destruir las células objetivo.
Con una investigación en profundidad sobre las funciones de las células NK, la comunidad científica está llena de expectativas sobre su potencial en la inmunoterapia contra el cáncer. El mecanismo de reconocimiento único de las células NK les permite responder de manera flexible a diversos patógenos. Investigaciones futuras pueden explorar cómo utilizar estas células de manera más efectiva para combatir diversas enfermedades.
Estos mecanismos y propiedades hacen de las células NK un foco importante de futuras investigaciones en inmunoterapia. Frente a los patógenos y las células cancerosas en constante cambio, la flexibilidad y la capacidad de respuesta oportuna de las células NK hacen que la gente piense: ¿podemos decodificar aún más estas células y proporcionar nuevas soluciones para futuros tratamientos médicos?