La poliarteritis nudosa (PAN) es una vasculitis necrotizante sistémica que afecta principalmente a las arterias del músculo liso de tamaño mediano, que generalmente incluyen arterias de los riñones y otras vísceras, pero la circulación sanguínea en los pulmones generalmente no se ve afectada. Es de destacar que la enfermedad a veces se asocia con una infección por los virus de la hepatitis B o la hepatitis C. La poliarteritis también puede ocurrir en bebés y su rareza dificulta el diagnóstico y el tratamiento.
Sin tratamiento, la tasa de supervivencia a cinco años es sólo del 13%; con tratamiento, puede aumentar al 80%.
La poliarteritis puede afectar casi cualquier sistema orgánico, por lo que se presenta con una amplia variedad de síntomas. La manifestación principal es el daño isquémico a los órganos afectados. Las áreas comúnmente afectadas incluyen la piel, el corazón, los riñones y el sistema nervioso.
Los cambios en la piel pueden aparecer como erupciones cutáneas, hinchazón, úlceras necróticas y nódulos subcutáneos. Muchos pacientes desarrollan púrpura palpable y púrpura reticular.
El daño al sistema nervioso puede provocar cambios sensoriales como entumecimiento, dolor, ardor y debilidad, que a menudo se manifiestan como polineuritis, el signo neurológico más común de la poliarteritis.
El daño renal es común y eventualmente puede provocar una necrosis renal parcial. La afectación de las arterias renales puede provocar hipertensión, que ocurre en aproximadamente un tercio de los casos. Casi todos los pacientes con poliarteritis tienen insuficiencia renal.
El daño a las arterias del corazón puede provocar afecciones como ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca y pericarditis.
El sistema intestinal puede causar dolor abdominal, isquemia mesentérica y perforación intestinal debido al daño a la arteria mesentérica.
El dolor muscular y articular también es muy común en esta afección.
Aún se desconoce la causa de la poliarteritis. Algunos casos están relacionados con el virus de la hepatitis B crónica, pero alrededor del 30% de los pacientes con poliarteritis tienen hepatitis B crónica.
El diagnóstico a menudo se basa en las manifestaciones clínicas del paciente y en varias pruebas de laboratorio, como el hemograma completo (CBC), que muestra un recuento elevado de glóbulos blancos, una velocidad de sedimentación globular (ESR) elevada, etc. Para ser diagnosticados, los pacientes deben cumplir tres criterios del American College of Rheumatology (ACR) de 1990.
El tratamiento incluye principalmente fármacos inmunosupresores como fluclotiopento y ciclofosfamida. En algunos casos también se puede utilizar terapia adyuvante con metotrexato o levoflúor.
El 90% de los pacientes que reciben tratamiento logran la remisión o la curación; sin embargo, la poliarteritis no tratada suele ser mortal.
La poliarteritis es más común en adultos que en niños y afecta más a hombres que a mujeres. Es más común en el grupo de edad de 40 a 60 años. El número de pacientes con poliarteritis es más significativo que el de aquellos con infección por hepatitis B.
En la película estadounidense de 1956 Larger than Life, a un personaje se le diagnostica poliarteritis y se le trata con cortisona después de experimentar fuertes dolores en el pecho.
Al ser una enfermedad rara y potencialmente mortal, la poliarteritis deja a muchas personas confundidas acerca de sus causas y efectos. ¿Sabemos lo suficiente para hacer frente a esta enfermedad oculta y peligrosa?