En la comunidad médica, existe una enfermedad rara llamada enfermedad del hombre de piedra, conocida científicamente como heteroplasia ósea fibrosa (fibrodisplasia osificante progresiva, conocida como FOP). La naturaleza de la enfermedad es alarmante porque hace que los músculos, ligamentos y otros tejidos conectivos del paciente se transformen en hueso, un cambio que altera por completo la capacidad del paciente para moverse y vivir su vida diaria.
La FOP tiene su origen en mutaciones en el gen ACVR1. La mutación de este gen afecta el mecanismo de reparación del cuerpo, provocando que el tejido muscular que debería haber sido reparado y curado se convierta inesperadamente en hueso en caso de lesión o en ausencia de un traumatismo evidente. Estos crecimientos óseos anormales se denominan osificaciones heterotópicas y una de sus características distintivas es que parecen hueso normal pero están en el lugar equivocado. Signos y síntomas de la enfermedadLa linfomanía se conoce como "enfermedad del hombre de piedra" porque puede provocar que el cuerpo del paciente sea reemplazado gradualmente por hueso, lo que eventualmente lleva a la pérdida total del movimiento.
Los primeros síntomas de la enfermedad suelen aparecer antes de los diez años y es frecuente que los niños nazcan con los dedos de los pies deformados. En las personas con FOP, el crecimiento óseo generalmente comienza en la parte superior del cuerpo y progresa hacia abajo; la primera osificación generalmente ocurre en el cuello, luego en los hombros, los brazos y el pecho, y finalmente afecta los pies. Este proceso tiene un impacto negativo significativo en la calidad de vida del paciente.
Genética y diagnósticoPara muchas personas con FOP, incluso un traumatismo o una inyección menores pueden empeorar la afección y aumentar la osificación en partes del cuerpo.
FOP es una enfermedad autodominante, lo que significa que si uno de los padres es portador del gen mutado, sus hijos tienen un 50% de posibilidades de heredar la enfermedad. Respecto al diagnóstico, el diagnóstico precoz de FOP es crucial y suele confirmarse mediante radiografías. Debido a la rareza de la FOP, muchos pacientes pueden ser diagnosticados erróneamente con cáncer u otras lesiones benignas en las primeras etapas, lo que agrava la afección.
Actualmente no existe cura para la enfermedad del hombre de piedra. Sin embargo, un tratamiento recientemente aprobado llamado Sohonos (palovaroteno) muestra cierto potencial. Se están desarrollando otros medicamentos para la FOP, como la terapia selectiva de ADN, que tiene como objetivo reparar el gen que causa la osificación.
Historial médico y epidemiologíaPor lo general, no se recomienda la cirugía para pacientes con FOP debido al mayor riesgo que implica la cirugía, que puede resultar en un crecimiento rápido del hueso.
La historia de la investigación sobre la enfermedad del hombre de piedra se remonta a 1692, lo que marca los siglos de desarrollo de la comprensión de esta enfermedad. En 2017, hay aproximadamente 800 casos confirmados de FOP en todo el mundo, lo que la convierte en una de las enfermedades más raras conocidas, con una incidencia de solo 0,5 casos por millón de personas y no es específica de ninguna etnia en particular.
Con el avance de la ciencia, continúa la investigación en profundidad sobre el síndrome del hombre de piedra. Actualmente, las principales compañías farmacéuticas están desarrollando activamente posibles opciones de tratamiento y realizando los correspondientes ensayos clínicos. En cualquier caso, la calidad de vida y la esperanza de vida de los pacientes siguen recibiendo atención y desafíos por parte de la comunidad académica, lo que ha inspirado una mayor exploración de esta rara enfermedad.
Con más investigaciones sobre el síndrome del hombre de piedra, ¿seremos capaces de encontrar nuevas formas de tratar esta rara enfermedad?