La fibrodisplasia osificante progresiva (FOP), una enfermedad del tejido conectivo extremadamente rara, no sólo ha atraído una amplia atención médica, sino que también ha planteado innumerables preguntas debido a sus manifestaciones clínicas especiales. Según las investigaciones médicas, la enfermedad se caracteriza por una osificación anormal (osteogénesis) de los tejidos conectivos fibrosos, como músculos, tendones y ligamentos, lo que hace que las extremidades originalmente flexibles se vuelvan rígidas gradualmente y, finalmente, provoca que todo el cuerpo del paciente quede casi completamente "petrificado". Sin embargo, uno de los focos de investigación se ha convertido en por qué los pacientes con cálculos tienen dedos diferentes en los pies.
Los pacientes con síndrome de Stoneman generalmente nacen con los dedos de los pies deformados, especialmente el dedo gordo, al que pueden faltar articulaciones o tener una hinchazón significativa en las articulaciones pequeñas.
Las investigaciones muestran que estos dedos anormales son causados por mutaciones en el gen ACVR1. La mutación altera los mecanismos de reparación del cuerpo, lo que hace que los músculos y el tejido conectivo ordinarios formen tejido óseo. Cuando estos pacientes entran en la etapa de crecimiento, la mayoría tendrá la primera aparición de la enfermedad antes de los diez años y, a medida que avanza la enfermedad, el crecimiento óseo suele progresar desde la parte superior del cuerpo hacia la parte inferior.
En personas con FOP, la apariencia anormal de los dedos de los pies puede ser uno de los primeros signos de la enfermedad. La formación de esta anomalía no sólo provoca una diferencia en la apariencia, sino que también comienza gradualmente a afectar la capacidad del paciente para caminar y hacer ejercicio. De hecho, los dedos gordos del pie de estos pacientes se vuelven gradualmente menos flexibles y ni siquiera pueden apoyarse normalmente en el suelo.
Según las observaciones actuales, la formación ósea en pacientes con FOP comienza en el cuello, luego se extiende a los hombros, brazos y pecho, y finalmente a los pies. Es más probable que el crecimiento ocurra en áreas inflamadas o frágiles de los tobillos y los pies. Durante el proceso de formación ósea agresiva, las articulaciones de esta zona suelen perder movilidad. Esto no sólo dificulta la vida diaria de los pacientes, sino que también puede afectar su capacidad para hablar y comer.
Debido a su rareza, la FOP a menudo se diagnostica erróneamente como cáncer u otras enfermedades, y un diagnóstico erróneo puede llevar a los médicos a ordenar biopsias, lo que puede exacerbar el proceso de formación ósea.
Al diagnosticar FOP, las pruebas radiológicas (como las radiografías) son clave. La notificación precisa al médico de los antecedentes familiares del paciente y de la apariencia anormal del dedo gordo del pie puede facilitar el diagnóstico temprano y la intervención médica adecuada. Sin embargo, debido al conocimiento insuficiente de la enfermedad por parte de la comunidad médica, el diagnóstico suele retrasarse en muchos pacientes, lo que prolonga aún más la progresión de la enfermedad.
Actualmente, no existe cura para la FOP y las principales opciones de tratamiento incluyen tratamientos sintomáticos para reducir la inflamación y controlar el dolor. En particular, los fármacos antiinflamatorios se utilizan a menudo para reducir la inflamación y aliviar el dolor en los pacientes. Sin embargo, nunca se debe realizar una cirugía para eliminar el exceso de hueso, ya que esto a menudo conduce a más problemas de formación ósea. En cambio, nuevas terapias como Sohonos (palovarotene) ofrecen un rayo de esperanza y un nuevo amanecer de tratamiento.
Hoy en día, la investigación sobre el síndrome de Stoneman ha logrado algunos avances, especialmente en la terapia génica y los tratamientos dirigidos. Los investigadores están trabajando arduamente para desarrollar tratamientos dirigidos al gen ACVR1 mutado, que puede cambiar la calidad y esperanza de vida de los pacientes con FOP.
Mientras miramos hacia atrás en la historia, es posible que debamos pensar en lo siguiente: al enfrentarnos a una enfermedad tan rara y difícil de tratar, ¿cómo debería la sociedad brindar apoyo y atención para que los pacientes y sus familias ya no estén solos?