Cuando los buceadores están bajo el agua, lo más importante es asegurarse de que reciben suficiente oxígeno, pero pueden enfrentar una crisis poco conocida: la toxicidad del oxígeno. La toxicidad del oxígeno se refiere al daño que sufre el organismo al respirar oxígeno molecular (O2) bajo una presión parcial aumentada, lo que puede provocar daño celular o incluso la muerte, afectando especialmente al sistema nervioso central, los pulmones y los ojos. La afección fue descrita por primera vez por investigadores en el siglo XIX y hoy en día los buceadores y los pacientes que reciben oxigenoterapia de alta concentración deben estar alerta.
La toxicidad por oxígeno es uno de los riesgos más comunes del buceo, especialmente cuando se bucea durante largos períodos de tiempo o cuando se utilizan mezclas de gases enriquecidos con oxígeno.
La hiperoxia, una condición de exceso de oxígeno dentro de los tejidos del cuerpo, ocurre cuando los humanos respiran una presión parcial aumentada de oxígeno bajo el agua. El aumento de oxígeno en el agua salada afecta a diferentes partes del cuerpo dependiendo de la duración de la exposición y de la presión parcial de oxígeno.
La toxicidad por oxígeno se puede clasificar según el órgano afectado, con tres tipos principales: toxicidad del sistema nervioso central, toxicidad pulmonar y toxicidad ocular. La toxicidad del sistema nervioso central generalmente ocurre a una presión atmosférica superior a la normal y puede provocar convulsiones y pérdida del conocimiento. La toxicidad pulmonar es causada por el aumento de la presión de oxígeno durante la inhalación prolongada, lo que produce disnea y dolor en el pecho; la toxicidad ocular es más común en bebés prematuros; puede provocar retinopatía y pérdida de la visión.
Los buceadores corren el riesgo de sufrir toxicidad por oxígeno al respirar aire en aguas a más de 60 metros de profundidad, especialmente cuando se utilizan mezclas de gases ricos en oxígeno.
La toxicidad por oxígeno en el sistema nervioso central puede presentarse con síntomas como cambios visuales, tinnitus, náuseas, espasmos faciales, cambios de comportamiento y mareos, seguidos de convulsiones. Muchos factores externos, como las condiciones de buceo, el frío y el ejercicio, pueden acelerar la aparición de los síntomas. Los signos de toxicidad pulmonar incluyen dificultad para respirar, dolor en el pecho y tos frecuente. La inhalación continua de oxígeno hiperbárico puede provocar edema y otras lesiones en los pulmones.
La toxicidad por oxígeno es causada principalmente por hiperoxia, lo que significa que la presión parcial de oxígeno excede el rango de tolerancia normal del cuerpo. Generalmente ocurre durante el buceo, la oxigenoterapia de alta potencia o la oxigenoterapia de alta concentración para bebés prematuros. En estos casos, los factores de riesgo varían.
Los buceadores deben tomar medidas adecuadas para evitar los efectos de la toxicidad del oxígeno, especialmente cuando bucean durante largos períodos de tiempo o utilizan gas enriquecido con oxígeno, y calcular cuidadosamente la profundidad óptima de buceo. Además, se deben evitar los cambios bruscos en la profundidad del agua durante el buceo para reducir el riesgo de ataques de toxicidad por oxígeno.
Comprender los límites de presión parcial de oxígeno antes de bucear y marcar claramente la profundidad a la que se utilizan las mezclas de helio y oxígeno son preparativos que los buceadores deben hacer.
Hasta el día de hoy, la toxicidad del oxígeno sigue siendo una crisis oculta en la comunidad de buceo, y la conciencia de sus peligros y las medidas de gestión científica pueden reducir en gran medida sus riesgos. La formación profesional en buceo y la comprensión de la toxicidad del oxígeno ayudarán a los buceadores a explorar de forma segura bajo el agua. ¿Estás listo para explorar los misterios de las profundidades de una manera más segura?