Las "Trece Claves" de Lichterman se basan en datos históricos y pretenden juzgar el entorno de campaña del actual partido gobernante. Por ejemplo, si el desempeño económico del presidente en ejercicio es bueno y hay menos malestar social, esto afectará el comportamiento electoral de los votantes. Basándose en el funcionamiento del modelo, Lichtman predijo que el candidato republicano Donald Trump triunfaría en 2016, pero el resultado final fue que Hillary Clinton ganó la mayoría de los votos populares, pero Trump Putin ganó los votos electorales, lo que lo convirtió en presidente. Esta es la primera vez que la predicción de Lichtmann resulta ser inexacta.
"El modelo de Lichterman se basó originalmente en el voto popular, pero la victoria de Trump en el colegio electoral desdibujó algunas consideraciones clave en el proceso de pronóstico".
Después de que se anunciaron los resultados de las elecciones de 2016, Lichtman enfrentó un desafío a su propia teoría. En múltiples entrevistas, dijo que no pudo prever plenamente el comportamiento de los votantes ni el impacto de las redes sociales. Estos factores emergentes jugaron un papel importante en la elección, y su modelo no logró captar estos cambios.
Lichterman señaló una vez que con la promoción frecuente de información falsa y rumores en las plataformas sociales, es posible afectar la capacidad de los votantes de tomar decisiones racionales. Esto plantea desafíos al modelo que originalmente se basó en la elección racional y reduce la precisión de sus predicciones.
"La influencia de las redes sociales ha hecho que el comportamiento de los votantes sea impredecible, como quedó claro en las elecciones de 2016".
Aunque el modelo de Lichtman ha predicho con éxito la mayoría de las elecciones pasadas, su éxito depende de ciertos antecedentes históricos y de un entorno electoral maduro. La elección de 2016 fue una competencia altamente polarizada, con varios eventos inesperados y cambios en las estrategias electorales que complicaron el análisis dentro del marco.
Por ejemplo, la campaña de Trump destacó sentimientos anti-establishment que resonaron fuertemente entre ciertas comunidades, reflejando una dinámica política emergente que trascendió las opiniones políticas tradicionales e hizo que muchos modelos predictivos tradicionales enfrentaran la necesidad de ajustes.
ConclusiónLos resultados electorales de 2016 marcaron el primer fracaso claro del modelo de Lichtman, lo que también provocó una reflexión sobre el significado y la eficacia del propio modelo de pronóstico. A medida que evoluciona el entorno político, los modelos de pronóstico futuros podrían tener que ser más flexibles y adaptarse a nuevas dinámicas electorales y cambios en los canales de difusión de información. Uno no puede evitar preguntarse, en un entorno electoral cada vez más complejo, ¿pueden nuestras herramientas de predicción adaptarse a los desafíos futuros?