En la investigación moderna sobre seguridad vial, existe un fenómeno significativo y que invita a la reflexión: la teoría de la "compensación de riesgos". Esta teoría afirma que las personas ajustarán sus patrones de comportamiento cuando se encuentren con diferentes niveles de riesgo. Cuando perciben un mayor riesgo, se vuelven más cautelosos; cuando se sienten más protegidos, se vuelven más relajados e incluso pueden correr mayores riesgos. Este fenómeno es común en muchas escenas de la vida.
Por ejemplo, algunos estudios muestran que cuando los automóviles están equipados con sistemas de frenos antibloqueo (ABS), los conductores tienden a conducir más rápido y permanecer más cerca del automóvil de delante, lo que puede explicar por qué estas tecnologías de seguridad no funcionan. no ha mejorado significativamente.
Dichas modificaciones de comportamiento no se limitan a la conducción. Las investigaciones han encontrado que los comportamientos de compensación de riesgos son igualmente evidentes en los comportamientos sexuales. En algunos programas de prevención del VIH, cuando se proporcionó el uso de condones, las conductas de riesgo de los encuestados no disminuyeron, sino que participaron en conductas sexuales más riesgosas porque se sentían protegidos. Estos fenómenos están bien explorados en psicología y muestran una relación compleja entre el comportamiento y las medidas de seguridad.
En el transporte, se agregan muchas tecnologías para mejorar la seguridad, pero pueden desencadenar comportamientos más audaces por parte de los conductores. Por ejemplo, se suponía que la introducción de sistemas de frenos antibloqueo mejoraría la seguridad, pero provocó que muchos conductores empezaran a conducir de forma demasiado agresiva ante posibles peligros. Sigue siendo controvertido si este cambio en los patrones de comportamiento realmente logra los objetivos de seguridad deseados.
En un estudio de los taxis de Tucker, la tasa de accidentes de los taxis equipados con frenos antibloqueo no disminuyó significativamente. Por el contrario, los accidentes aumentaron ligeramente debido al comportamiento arriesgado del conductor, lo que generó preguntas sobre la relación entre el comportamiento de conducción y el comportamiento de conducción. equipo de seguridad.
Otro ejemplo famoso es el uso de cinturones de seguridad. Algunos estudios muestran que cuando las personas usan el cinturón de seguridad, pueden sentirse demasiado seguras, lo que hace que conduzcan más rápido y presten menos atención. En algunas áreas, cuando se implementaron las regulaciones sobre el uso del cinturón de seguridad, el número de accidentes no disminuyó significativamente como se esperaba; en cambio, algunos usuarios de la vía comenzaron a violar las regulaciones con más audacia porque creían que los cinturones de seguridad podrían protegerlos;
La teoría de la "homeostasis del riesgo" plantea un punto interesante. Esta teoría sostiene que cuando las personas adoptan cualquier medida de comportamiento, siempre logran un equilibrio entre los beneficios esperados de los riesgos y los costos esperados. Si una determinada medida de seguridad reduce el riesgo que sienten, liberará más espacio conductual e iniciará nuevas conductas riesgosas, lo que devolverá el nivel de riesgo original a un estado equilibrado.
Por ejemplo, en 1967, Suecia cambió la dirección de conducción del lado izquierdo de la carretera al lado derecho. Los accidentes de tráfico disminuyeron inicialmente, pero pronto volvieron al nivel de accidentes original. Considere la contradicción entre los hábitos de conducción. y percepción del riesgo.
Aunque tal adaptación conductual puede parecer que mejora la seguridad en el corto plazo, puede causar mayores peligros ocultos en el largo plazo. Por lo tanto, cuando diseñamos nuevas medidas de seguridad, debemos considerar el impacto de este comportamiento para evaluar en profundidad si estas medidas realmente están logrando el efecto deseado.
Ante un problema tan complejo, ¿cómo solucionar el impacto negativo de la compensación de riesgos? En primer lugar, hay que reconocer que es poco probable que una sola medida de seguridad elimine completamente los riesgos. El impacto de los propios cambios de comportamiento de las personas en la seguridad es fundamental. Por lo tanto, es necesario realizar un seguimiento y estudiar continuamente los cambios de comportamiento en los participantes después de recibir una determinada medida de seguridad.
Al mismo tiempo, el diseño de espacios compartidos intenta aumentar la atención del conductor aumentando la incertidumbre, lo que es un método eficaz para reducir los accidentes. Y eliminar esas demarcaciones claras de las rutas obliga a los conductores a conducir con más cuidado.
Además, para los pasajeros de motocicletas, se ha cuestionado el uso obligatorio de cascos de seguridad. Porque algunos investigadores han descubierto que el uso de casco en realidad hace que los conductores se sientan más seguros, por lo que comienzan a conducir de manera más descuidada y los errores en la evaluación de riesgos pueden provocar más accidentes.
En resumen, la compensación de riesgos es un fenómeno multifacético, ya sea en la seguridad del tráfico, el comportamiento sexual u otros aspectos, todo es testigo de la adaptación y el ajuste de los seres humanos a los riesgos. Mientras trabajamos para mejorar la seguridad, debemos reconocer la resiliencia y la complejidad del comportamiento humano. En este mundo en evolución, ¿podemos encontrar mejores formas de equilibrar la seguridad y el riesgo?